La gesta heroica del 9 de enero de 1964 pertenece a todos los panameños y a la historia de los pueblos y naciones, dignos y nobles, que se resisten a vivir humillados como esclavos, bajo los azotes de la cruel opresión, la denigrante humillación y la vil explotación de las potencias imperialistas, que vejan a los países y pueblos chicos, invocando la razón de la fuerza o de un llamado destino manifiesto.
El 9 de enero no es un día de asueto más ni de jolgorio. Es fecha de luto reconfortador y de patriótica meditación. Todos los panameños de alma y corazón debemos asistir a los actos cívicos en honor a nuestros mártires.
Tenemos que renovar el sagrado juramento ante nuestro Dios y ante el altar de la patria istmeña, que no dejaremos jamás la lucha de liberación nacional, que unidos todos los istmeños sin distingos odiosos, gobernantes y gobernados, estaremos prestos, siempre de pie, en defensa y robustecimiento de la excelsa panameñidad, hasta lograr consolidar nuestra soberanía total y a base de dinámico esfuerzo físico y mental cristalizar nuestra emancipación económica y social, en aras de la felicidad y el bienestar de todos los panameños de pensamiento y actuación.
Panamá para los panameños, dueña de su propio destino, libre de cadenas extranjerizantes que denigran su majestad soberana.
Panamá, amante de la paz, del honor, justicia y libertad. De fuerte raigambre hispanoamericana, tercermundista, integrante de la ONU y la OEA, cuna y asilo de hombres libres, hoy le rinde emocionado y justo homenaje a nuestros mártires, a los cientos de heridos y lisiados del 9 de enero de 1964, a todos los leales hijos del Istmo que en el glorioso pasado y en el prometedor presente, han sido y siguen siendo los soldados de la dignidad y de la liberación nacionalista.
¡Panameños: la lucha patriótica continúa, unidos venceremos! Exijamos sin titubeos claudicantes, porque nos asiste la razón y la justicia, el estricto cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter, sin enmiendas o interpretaciones humillantes que menoscaben nuestra dignidad y soberanía.
¡Istmeños: No defraudemos a nuestra Patria, no avergoncemos a nuestros mayores, vivamos y muramos de pie, con elevado honor y sublime dignidad, en aras del sagrado derecho de ser libres y dueños de nuestro augusto destino! |