Estados Unidos concentra su atención en Somalia, luego de acabar con el régimen talibán, según informes de medios europeos. Buques de guerra norteamericanas patrullan frente a la costa de Somalia y dos fragatas alemanas se dirigen hacia el Cabo de Buena Esperanza.
Hace algún tiempo, Estados Unidos congeló los bienes del único banco somalí, porque tendrá lazos con la red terrorista Al Qaeda. Para la población es una situación muy tensa. En Somalia circulan muchos rumores.
El pánico entre los ciudadanos es enorme. Awil Mohammoud, politólogo de la Universidad de Amsterdam, explica que sobre todo en la región al sur de la capital Mogadishu, la gente tiene miedo. Muchos huyeron de la capital por temor a los ataques norteamericanos.
Para los señores de la guerra la confusión es bienvenida. El poder en Somalia está muy repartido. En 1991 el dictador Siad Barre fue derrocado y desde entonces el país es dirigido por señores de la guerra y autoridades locales. Recientemente se instauró un gobierno de transición en Mogadishu. Pero en la práctica ese gobierno controla tan solo unas calles de la capital.
Entretanto los señores de la guerra intentan conseguir la confianza de Estados Unidos. A cambio del apoyo contra el terrorismo internacional, esperan conseguir más armas y más territorio. Se acusan mutuamente de terrorismo. Debido a la falta de un gobierno central, Somalia es un país atractivo para actividades criminales.
El politólogo explica que en Somalia existe la organización musulmana Al Itihad, que figura en la lista norteamericana de organizaciones terroristas.
Los norteamericanos todavía recuerdan las imágenes de los cadáveres de los soldados estadounidenses, que fueron arrastrados por las calles de Mogadishu por los hombres de Mohammed Aidid en 1994.
Todo parece indicar que Estados Unidos se limitará a acciones a pequeña escala. |