La violencia se tomó las calles el fin de semana. Se registró la primera víctima por accidente de tránsito, matan a un menor de 40 tiros, asesinan a un hombre de varias puñaladas y otras personas fallecen a consecuencia del mal manejo.
No es sorpresa para nadie que la sangre salpique las calles del país. Casi no hay manera de evitar que el hombre siga cometiendo crímenes y razón es la existencia del pecado en la humanidad.
Por más policías que lancen a las calles para controlar el asunto, la violencia se dispara aún más. Lo mejor que pueden hacer es bombardear a los jóvenes con educación y valores morales reales, no esos que promueven algunas personas que dicen ser buenos, pero que hacen todo lo contrario de lo que enseñan.
El 2007 se dice que será un año de muchas bendiciones. No hay seguridad de que esto sea así, pero de lo que sí pueden estar seguros es que si el pueblo se une en oración podrá alcanzar misericordia para que disminuya el mal. Dios está enviando mensajes claros para que nos arrepintamos de nuestros pecados y volvamos a Él. Si no lo hacemos, los indicadores de violencia nos seguirán guiando por el sendero de la destrucción.
Unámonos y escuchemos la voz de Dios para que Panamá no siga viviendo cuadros de violencia jamás vistos que muy probablemente estemos importando de naciones hermanas, donde la crudeza ha llegado a niveles desastrosos para todos.
Si hay algo en donde sí podemos apoyar todos es acercándonos a nuestra iglesias para pedir por la paz del país. Pidamos a los ministros de la palabra que clamen oración al Santo Padre que nos libre de todo mal.