Los que provocaron los sangrientos hechos del año sesenta y cuatro fueron los llamados "zonians". Eran norteamericanos que laboraban en el Canal y tenían privilegios que no disfrutaban en los mismos Estados Unidos.
Recibían mejores salarios. Tenían derecho a viajar a la Patria cada uno o dos años, con gastos pagos.
Compraban sus alimentos y artículos en comercios con precios bajos.
Aquí podían tener empleadas domésticas en sus casas por un sueldo relativamente bajo. Añada a esto jardineros y otros servicios que en Estados Unidos son caros.
Por eso los "zonians" nunca quisieron hablar de soberanía y justicia para Panamá.
Y se opusieron a que la bandera panameña flameara al lado de la de Estados Unidos.
Cuando jóvenes institutores fueron a izar nuestra bandera, los atacaron a mansalva.
Ocurrieron numerosos acontecimientos de carácter humano que a lo mejor no sean conocidos.
En Panamá familias de civiles norteamericanos en plenos disturbios entraron a la ciudad para buscar a sus empleados.
Durante una semana estuvieron esos panameños (as) en la Zona del Canal, bajo protección de Estados Unidos. Se les dijo que los podrían agredir sus compatriotas por el "delito" de trabajar para zoneítas.
A una de esas señoras un soldado le puso en sus manos una pesada ametralladora para que viera que no era fácil cargarla.
En Colón existía un club de cazadores con armas de grueso calibre. Algunos de ellos "tumbaron" soldados norteamericanos. Muy cerca de los caídos estaba uno que tenía esposa panameña...
Otro soldado recién llegado alquiló departamento en la capital. Tuvo que esconderse tres días, hasta que los vecinos panameños le prestaron un teléfono para que buscara ayuda.
Llegaron camiones armados y se lo llevaron sólo con sus ropas. Los vecinos recibieron autorización para quedarse con comida y artefactos eléctricos.
Numerosos automóviles de norteamericanos casados con panameñas fueron quemados por jóvenes molestos con la matanza.
A algunos panameños que iban a fiestas de solteros en la Zona les cortaron el cabello "a rape" para que se avergonzaran.
Un santeño muy "fulo" recibió una golpiza porque lo confundieron con un gringo.
La Policía no se atrevió a enfrentarse al ejército yanki. Se pensó que el opositor Dr. Arnulfo Arias podría aprovecharse de la situación y tomarse el poder.
Pero... el panameño no odia. Meses después, sólo quedaban los malos recuerdos.