La persona que es considerada un excéntrico se caracteriza por ser original. También especial, diferente, pintoresco y estrafalario. Aquí en Panamá existieron y existen algunos de estos personajes, que llamaron la atención de los panameños comunes y corrientes.
Hace años, mi profesor de Filosofía en secundaria, Osman Leonel Fergunson, impactó a sus alumnos. Dijo que no se bañaba porque no se sentía sucio.
Muchas sonrisas burlonas causó este planteamiento filosófico del profesor. Pero sus alumnos siempre le guardamos respeto.
Ver al Dr. Camilo 0. Pérez (Bona Fide) manejando un Jeep pintado como una zebra, suscitó por algunos, comentarios burlones.
También fue uno de los pioneros en vestir camisas de colores, por su experiencia cuando estudió Derecho en Italia.
También de la escuela secundaria, recuerdo a la profesora de francés Madame Montulé. Sus guantes en días calurosos y peinados de fiesta para asistir a clases, no era asunto que comprendían sus alumnos.
Estando en la Universidad me enteré de un doctor en Derecho que iba en motoneta a sus clases. Yo mismo lo vi llegar en su pequeño vehículo, vistiendo un traje muy serio. Señalaba que así se transportaban en Europa, donde había estudiado.
Fue excéntrico el Dr. "Chuchú" Martínez, quien vestía y calzaba lo que le daba la gana a pesar de su categoría docente.
Vi a "Chuchú" hacer un riguroso curso para ser soldado raso y estar cerca del general Torrijos.
Chiriquí tiene su buena cantidad de estos personajes.
Recordamos a don Roger Patiño, quien no se cortó el cabello por años, para conseguir el Estado Federal o la Autopista.
Doña Elvia Lefevre llama la atención por sus vestidos y joyas.
Los mellizos Latouche son fuera de serie, especialmente por sus charlas y cultura.
Manuel Montilla, pintor, escultor y promotor cultural, durante años la gente no entendió que era alguien distinto en su manera de vestir, hablar y trabajar.
El padre Foschini, con su enorme sombrero, recorría kilómetros a pie, llamando la atención de sus alumnos universitarios.
Entre nuestros políticos podríamos mencionar al Toro Balladares y el magistrado Solís.
Pero el Dr. Arnulfo Arias, en su momento, fue el máximo excéntrico en su hablar y actuar.
Yo mismo tengo algo de excéntrico. A pesar de saber de computadoras desde los años ochenta, tener una y una máquina de escribir eléctrica, no dejo de usar una vieja máquina manual para estos escritos.