Una bomba de fabricación casera mató al menos a diez personas e hirió a 46 más en un gimnasio de la agitada isla filipina de Mindanao, dijo la policía y explicó que aparentemente se trató de una nueva trifulca por motivos políticos.
El objetivo del ataque durante un partido de baloncesto pudo haber sido Vivencio Bataga, alcalde cristiano de la localidad de Parang, de mayoría musulmana, y quien ha sobrevivido ya a varios intentos de asesinarlo, dijo a Reuters el portavoz del ejército, Julieto Ando.
Los filipinos tienen previsto acudir a elecciones locales, regionales y nacionales el 10 de mayo. Las campañas en una de las democracias más agitadas de Asia se ven a menudo salpicadas por la violencia, la intimidación, la compra de votos y las trampas.
La zona en torno a Parang es un bastión del Frente Moro de Liberación Islámico (FMLI), el mayor de los grupos rebeldes que persiguen un Estado islámico independiente en el sur de un país mayoritariamente católico.
TRAGEDIA: 3,000 AFICIONADOS
La bomba, oculta en una motocicleta estacionada a las puertas del gimnasio, estalló justo después de que 3,000 aficionados al baloncesto hubieran escuchado un discurso del alcalde, quien también sufrió severas heridas. |