A ellos se les observa en distintas actividades típcas, son los famosos Diablicos Sucios, los que aún se mantienen como tradición de nuestro folklore.
Su danza, es una de las nueve del Corpus Chisti.
Pero, se preguntaran ustedes el por qué del nombre. Según algunos datos históricos, el vestido era confeccionado con manta sucia pintada con rayas rojas y negras, pero era pintada con achiote y carbón, que con el sudor producto de la danza, se mezclaban con los colores, dando una apariencia de sucio.
Lo que gusta de esta danza, es el enérgico zapateo que se hace más sonoro por el efecto de las cutarras. Parte de la vestimenta lleva campanillas y castañuelas.
Es costumbre de los diablicos bailar en las salas de las diferentes casas del pueblo. En todos estos bailes, los diablicos son seguidos por cientos de niños que disfrutan con la ejecución del baile de los hombres que llevan este coloridos disfraz. Otro complemento es la máscara, que impresiona por su forma y por todo el trabajo que conlleva.
Éstas son toda una obra de arte, ya que en la labor final, se observan diferentes técnicas, entre ellas, escultura, papel maché, y pintura, todo trabajado con ingenio.