Correcto fue el fallo emitido por la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, que declara ilegal la Resolución Nº 14-2003 D.G. y nula por ilegal la Resolución Nº 80-03-E.D.G -ambas dictadas por el INDE en febrero del 2003-. En la última el INDE, que en aquel entonces presidía Roberto Arango, reconoció a la Junta Directiva de la FEPAFUT, encabezada por Ariel Alvarado para el periodo 2002-2006.
El problema radicaba, más que todo, en que Alvarado, como presidente de la Comisión Provisoria de la FEPAFUT (que primero fue presidida por Juan Manuel Urriola y que tenía como objetivo estabilizar y organizar el fútbol local), no podía postularse a ningún cargo en la primera elección convocada para escoger a la nueva junta de la FEPAFUT, por lo que al ser candidato y salir electo violó un acuerdo suscrito en abril de 1999 entre la FEPAFUT, la FIFA y el INDE.
La decisión de la Corte Suprema sienta un precedente saludable. Ojalá que sirva para que nuestra dirigencia deportiva entienda que tienen que respetar y actuar conforme a las leyes y normas que rigen el deporte nacional y que nadie puede ignorarlas o pasar por encima de ellas con el propósito de hacerse de un cargo o perpetuarse en él.
Lo grotesco de toda esta situación es que han surgido defensores de la legalidad como el vicepresidente del COP, Fernando Samaniego. Sus alegatos en cuanto a la ilegalidad de la pasada directiva de la FEPAFUT son irrefutables. Ha hecho gala de gran conocimiento en la materia(¿?).
Ya que Samaniego es tan respetuoso de la ley y el orden, quiero exhortarlo a que le pregunte a su compadre Melitón Sánchez, presidente del COP, lo siguiente: ¿Por qué no reconoce ni acepta en el COP a algunas federaciones deportivas que han cumplido con todos los requisitos LEGALES exigidos por el INDE y el COP?, ¿Por qué Melitón no reconoce a las federaciones de taekwondo y karate? ¿Será porque Gustavo Torres y Luis Pereira, presidentes de la FEDETAEKWONDO y FEDEKARATE, respectivamente, no le darán el voto en las próximas elecciones?
Ya sin vergüenza, ni moral, ni ideas ni credibilidad, Melitón y Samaniego se aferran a sus puestos dando pataleos de ahogados, pero que les quede claro que, como dice la canción, TODO TIENE SU FINAL.