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Los hombres estaban prácticamente boquiabiertos mientras Alina bailaba sensualmente y soltaba su angelical voz para el gusto de todos. |
El sol estaba incandescente y miles de pasos se escuchaban. Personas de todas las edades caminaban rumbo al Panama Canal Village y nosotros corríamos para no perdernos la participación de ningún artista.
Así fueron los minutos antes que iniciara La Rumba del Centenario el pasado 1 de enero, con la que se dio inicio a las festividades del 2003 para celebrar nuestros 100 años de vida republicana.
Poco a poco las personas fueron acercándose y se vivía un ambiente de fiesta sin igual donde todos convivían. Nadie se imaginaría que estas mismas personas habían rumbeado toda la madrugada para festejar la llegada del tercer año del tercer milenio.
¡A MENEARSE!
Una hora antes del crepúsculo el espectáculo dio inicio con una presentación muy elaborada llevada a cabo por el Grupo de rock Nacional Los 33. La euforia de muchas creció a niveles irrisorios y hasta los más pequeñines, que apenas se recuperaban de las travesuras que hicieron en la espera en el Cosway, saltaban al son de esta agrupación. Una combinación de ritmos y elementos musicales dio la tónica perfecta para que toda la presentación de los chicos fuera un completo éxito.
Como llegados de un platillo volador hicieron su aparición el grupo de gran trayectoria Zafiro, quien vino a aplacar los ánimos con notas de amor, aunque al pasar los minutos el público empezó a mover el esqueleto.
Complot, un grupo de danzas modernas que ha ido subiendo en los últimos tiempos, llegó para cautivar todas las atenciones con la coordinación casi perfecta de movimientos de parte de los integrantes de la agrupación. Al llegar las siete de la noche no entraba una alma más al lugar de encuentro.
EL GENERAL Y ALINA VARGAS CALENTARON LA NOCHE
A las ocho de la noche hizo su aparición estelar el cantante internacional que ha barrido con muchísimos premios internacionales y es el ídolo en gran parte de estrados Unidos El General.
Pocos fueron los minutos que El General cantó con su propia voz. El público coreaba y cantaba al ritmo de la música, demostrando que hasta en su tierra él es profeta.
Al hacer un alto el cantante dedicó un poema para las glorias panameñas del deporte. En el mismo destacó como muchos grandes deportistas panameños tiene que trabajar para subsistir, con labores como guardia de seguridad.
Orgullosos de todo lo que ha logrado recordó como si su vida fuera un sueño que él empezó como vendedor de periódicos y limpiabotas. Agarrando el micrófono fuertemente dijo que se sentía muy alegre de que podía ver que lo estaban aplaudiendo personas que en algún momento lo pudieron ver "pasando páramo".
Para culminar destacó en su poema que en nuestro país hay talento que se pierde debido a lo anteriormente mencionado y que muchos temen emprender una carrera deportiva por miedo al poco apoyo.
Luego de estar El General por dos horas en el escenario, hizo su presentación estelar Wilfrido Vargas junto a su hija Alina Vargas y toda su agrupación. Alina se robó el show con sus sensuales movimientos y su genial voz. Por problemas en la garganta el cantante dominicano no pudo interpretar sus canciones, lo que sirvió para presentar a su hija como la nueva cara de su agrupación, ya que piensa retirarse.
Los hombres estaban prácticamente boquiabiertos mientras Alina bailaba sensualmente y soltaba su angelical voz para el gusto de todos. De esta manera culminó la presentación esperando la próxima festividad, ya que el Comité del Centenario planea llevar a cabo fiestas iguales alrededor del país, para lograr así que todos los panameños y las panameñas festejemos nuestros cien años. |