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Una noche para no olvidar. Cuatro damas conversando del ayer, dos con experiencias ganadas y las otras ansiosas de aprender. En la gráfica aparece Doña Serafina junto a sus frutos generacionales. |
¿Buenas se encuentra su madre?, le pregunte mientras me acercaba a la puerta. En un tono picaresco y entre risas, dijo "yo soy la madre".
Sorprendida manifesté "usted es la abuelita de 101 años"... si la misma que usted busca, Serafina Herrera viuda de Sugaste.
Estática quedé en la puerta, un tanto sorprendida, no lo podía creer; así que confirme con la compañera que esa noche me acompañaba "escuchaste bien, esa señora que camina y se ve tan entera es la de 101 años". De repente un jalón de brazo me volvió a la realidad, escuchando a lo lejos una tierna voz que me dijo "pasen que adentro conversáremos mejor, ya que hay mucho que contar".
Esa noche éramos cuatro damas conversando del ayer, dos con experiencias ganadas y las otras ansiosas de aprender los sucesos de 100 años de historias. Epocas distintas para todas, unas que trataban de disfrutar las locuras de la mujer liberar, mientras aquellas encantadoras señoras mantenían firme su pensamiento de la dama feminista.
Por segundos penetre en sus ojos azules...tantos años marcados en sus delicadas manos un tanto arrugadas, pensé. ¡Qué linda! Con sus cabellos tan blancos como la cal, su sonrisa preciosa y contagiadora....aquella mirada que deseaba gritar historias que llevaba consigo.
¿Cuántos años tiene? Volví a preguntar para confirmar que no estaba equivocada. "Tengo 101 y voy por los 102 el 22 de mayo; porque yo nací en 1901" contestó segura.
Quizás por lo joven que me observo, su primera intervención de las historias de su época era para recordar las diferencias de los noviazgos de antes con los de ahora. " En mis épocas los hombres si respetaban a las mujeres, nunca se besaban antes de casarse y solo la visitaban por las noches y cuando estuviesen los padres; nada de apretujones como ahora solo nos agarrábamos de la mano"
Un mar de risas no invadió cuando la abuelita como cariñosamente le llaman mencionó que antes cuando se montaba a caballo, porque no había carro, ella se sentaba en la silla y el novio a anca del caballo, pero eso si no se agarraba para nada de su cuerpo, solo de la silla; aunque se cayera.
"Yo me case a los 21 años con un hombre muy trabajador, José del Carmen Sugaste y cuando nos casamos el me dejó tres días en la casa de mis padres y luego en la noche me fue a buscar, porque así era antes", acotó doña Fina.
Recalcó que definitivamente las cosas han cambiado ya que antes las muchachas no se casan hasta después de los 20 años, en cambio ella tuvo una hija que se le casó a los 15 años.
Al parecer lo que más recordaba era los bailes del antaño, parecía transportarse a aquellas épocas donde su mamá le cosía una polleras preciosas para ir a los bailes de casa. Eran aquellas fiestas que iban las jóvenes de familia donde solo tocaban el violín, la guaracha y la guitarra.
Nos mencionó su hija la Sra. Zenaida, que todavía en sus épocas las niñas de la casa solo bailaban en bailes de familia que eran los de violín; ya que el acordeón solo se tocaba en las cantinas.
Recordó Zenaida que la primera vez que bailaron acordeón en una casa fue cuando un acordeonista perdió la vista e hicieron un baile para recaudar fondos y ayudarlo.
¿COMO HA CAMBIADO LA POLÍTICA?
"La política era bien distinta a la de ahora, solo había dos partidos el liberal y el conservador, a mi me gusto siempre la política ya que yo acompañaba a mi papá que era caudillo para todas partes" dijo.
Con una sonrisa picara comentó que había conocido al doctor Belisario Porras, un hombre alto y guapa. Se traslado por unos instantes a su mocedad cuando el doctor Porras le obsequio elegante pollera blanca, por acompañarlo a recaudar votos por el pueblo a ella, que tenía 13 años y su tía Susana de 12.
Lo único que no cambia en la política es que se realizan comelones y bailes para gratificar y buscar votos.
Según su hija toda la vida fueron liberales y también la involucraron en el mundo de la política. Su padre le leía mucho sobre el doctor Porras y ella, quien no lo conocía, pero leía sobre él, lloró mucho el día que no hubo cama para él, en el hospital que construyó.
REMEMBRANZAS
La señora Serafina, oriunda de la pecera de Guarare, comentó que lleva 21 años viviendo en Panamá, al igual que también residió muchos años en Darién donde tiene dos hijos.
Un poco exaltadas mi compañera y yo le pedimos a la abuela que nos diera un paseo por su época, y así vivir junto a ella lo que esta modernización significó.
Lo primero, dijo fina, no había carros ni carreteras, por ello había que viajar a la ciudad de Panamá en barco, que se tomaba en el puerto de Menzabé y duraba 8 días. Las carreteras las realizaron en la época de Belisario Porras.
En cuanto a comida recordó que todo era más barato, los quesos que se veden a dólar antes eran a 10 centavos. Se compraban un montón de golosinas con cinco centavos.
Se comía comida muy sana y natural, recalcó. Tampoco había teléfono y nos divertíamos tocando música de violín y jugando baraja (la pipona).
Le pregunte emocionada por los vestidos de baños, me contesto risueña, "eso no existía nadie podía enseñar las piernas".
Para ir a las fiestas se utilizaba vestidos de satín largo y para los bailes y eventos las polleras montunas de una sola pieza. ¡Pantalones! La mujeres no los podían utilizar.
En cuestión de dinero comentó que la sollaban en un cuero, porque no había banco y la asoleaban. En ese entonces era plata blanca; ya que no existían los dólares.
Con la alegría que la caracteriza dijo que el había un ron ilegal, llamado jalanbique y le decía mechiblanco.
LA RECETA
Luego de conversar, escucharla y observar la facilidad de moverse me intrigó su secreto, me dije como puede una señora de 101 años tener las ganas de vivir que muchas veces me falta, así que me anime y le pregunte su secreto..
Secreto, se rió la abuelita, mucha chicha de maíz nuevo, pero no en exceso porque juma. También tortillas, bollos y mucha comida natural.
Además mencionó que siempre fue muy sana, no se enfermaba y dio a luz z sus siete hijos en la casa y nunca pasó nada.
Recalcó que Dios y los sueños la mantienen con vida. Por lo que el 7 de enero va a Darién después de tantos años a celebrar el cumpleaños numero 80 de su hijo mayor. |