Antiguas leyes tribales atormentan a mujeres

Himangshu Watts
REUTERS

En India, Lalrinpuii prometió no casarse hasta que encontrara un hombre que desafiara la tradición y le permitiera depositar su salario en una cuenta de banco conjunta.

Conoce demasiados casos en los que el hombre se ha divorciado de su mujer y la ha echado de la casa, incluso si fue construida con el dinero de ella.

A pesar que el nordeste de la India alberga muchos grupos que funcionan socialmente como sociedades tribales que son en gran medida matriarcales, y donde las mujeres desempeñan un papel preponderante en las familias, el estado de Mizoram es una gran excepción pese a su alto grado de alfabetismo.

En esta región, cercana a la frontera con Myanmar, se permite al hombre divorciarse de su esposa, apoderarse de sus ahorros y propiedades y casarse con otra mujer el mismo día.

Los grupos de mujeres no reciben ayuda de los líderes eclesiásticos influyentes de Mizoram, cuya población es en un 85 por ciento cristiana.

Muchas mujeres usan aún un tercio de su salario para pagar mensualmente préstamos de casas en las que sus ex esposos viven con otras mujeres.

Una mujer de Mizoram puede llevarse sólo lo que trajo al matrimonio de la casa de sus padres.

"Lo que gane le pertenece a él (al marido). ... De modo que tener una cuenta conjunta es mejor. He visto romperse demasiados matrimonios", dijo Lalrinpuii, mujer educada que se siente asfixiada por las tradiciones de su tribu.

 

 

 

 

 



 

Estas leyes de costumbre favorecen en extremo, al hombre de la India, mientras que la mujer lleva la mayor carga y tiene que aceptar las condiciones desfavorables que imponen estas tradiciones.

 

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