Unos cuarenta presos protagonizan disturbios e incendiaron varias instalaciones de la prisión Ford cercana a Arundel, en el sur de Inglaterra.
Policías especializados acudieron al centro penitenciario para intentar poner fin a la revuelta que empezó la pasada medianoche, cuando los reclusos comenzaron a romper ventanas y a provocar incendios tras activar las alarmas internas.