MENSAJE
"Niños Marcos"
- Hermano Pablo
- Costa Mesa, California
Fue detenido en la frontera,
en una de las fronteras más densas del mundo: la de Tijuana, México,
con San Ysidro, California. No traía documentos. No sabía
responder a preguntas. Ignoraba su nombre y el nombre de sus padres. Había
sido detenido junto con dos mexicanos y varios uruguayos.
Mientras a los otros los devolvieron al lado sur de la frontera, a él
lo dejaron al cuidado de las autoridades. Se trata de un infante de apenas
un año de edad. Es bello, simpático, sonriente. A falta de
otro nombre, lo han llamado "El Niño Marcos".
Amigo, inmensa es la cantidad de niños abandonados. Este chiquito
fue abandonado en la frontera de Estados Unidos y México. Se halla
solo. De él se conoce una cosa: que es un hispano simpático,
inmensamente simpático, y tiene una sonrisa que podrá abrirle
paso en cualquier situación de la vida.
Uno se hace la pregunta inevitable: ¿Dónde está
su madre? ¿Dónde está la que lo concibió en
su seno, lo llevó nueve meses en su vientre, y lo dio a luz en medio
de dolores y sangre? ¿Nunca piensa en él? ¿Nunca lo
recuerda? Nunca añora su sonrisa? ¿Nunca ora por él?
No me convence la posibilidad de que esta madre pensara que alguien podría
cuidar de él mejor que ella. Para eso habría abuelos, tíos,
parientes, amigos. La única solución a la que puedo llegar
es que esta madre ha perdido el corazón de madre, así como
otros han perdido el corazón de padre, o de hermano, o de caballero,
o de honrado, o de bueno, o de cristiano. ¿Qué está
ocurriendo, amigo, con nuestra sociedad? ¿Qué nos está
pasando a nosotros?
Regresemos en contrición de espíritu al autor de nuestra
vida y, en lágrimas de arrepentimiento, digámosle: "¡Señor,
perdóname!"
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