CUARTILLAS
Patria
Milciades A. Ortíz Jr.
Cuando se acercaba el 3 de
noviembre, Manuel comenzaba a andar "por las nubes" y descuidaba
su trabajo de portero en una oficina gubernamental. El desfile lo trastornaba...
porque él era corneta en una banda de música de un pequeño
colegio particular, para gente que trabajaba en el día.
No se podía decir que Manuel era un excelente estudiante, y pasaba
"raspando" las materias con la nota mínima. Y creo que
terminó la secundaria gracias a la banda de música, que se
había convertido en un símbolo de status (posición
social), en este humilde muchacho que trabajaba porque venía de familia
pobre.
Ahorraba Manuel suficientes balboas para comprarse un "quepis"
nuevecito, charrateras, uniforme semi-militar, y embelecos para adornar
su corneta, que por cierto brillaba de tanto pulimento.
A todas sus amistades les hablaba de su desfile, porque deseaba que lo
miraran. Con esto se "anotaba puntos" con las jovencitas, que
admiran a los muchachos con uniformes, algo que seguramente elevaba lo que
hoy llaman auto-estima.
Yo observaba el asunto y no me reía porque comprendía que
era algo serio para el humilde muchacho. Lo que no entendía, era
cómo se gastaba los ahorros de todo un año en ropa que después
no podría usar, ya que sólo servía para los pocos días
de desfiles.
Para Manuel, las fiestas de noviembre, la Patria panameña, se
reducían a la satisfacción de su vanidad de macho "farolero",
exhibicionista y en fin, de joven sencillo y de pocas ambiciones.
Estoy convencido de que si le preguntaran qué es patria, amor
a Panamá, se rascaría la cabeza y pondría sonrisa de
bonachón, como hacía cada vez que no sabía bien una
respuesta (abriría los ojos y finalmente se sonreiría con
ingenuidad, desarmando cualquier reclamo que se le pensara hacer).
Cuántos de los que desfilan el 3, 4 y otros días patrios
saben qué significa lo que hacen? Siempre me pregunto lo mismo cuando
veo a la juventud desfilar estos días. Y es que pertenezco a una
generación de "aguiluchos" (institutores) que creció
escuchando exhortaciones sobre lo nacional, lo panameño, la patria.
Hasta nos metieron en la cabeza que "morir por la patria es vivir",
lo que motivó que algunos jóvenes se fueran al monte a querer
cambiar las cosas en Panamá... y murieran!
Ahora que el mundo se ha "globalizado", cuando se quiere destruir
las fronteras para que unos cuantos millonarios avivatos, se aprovechen
de las riquezas de los países débiles (privatizaciones, neo-capitalismo
y otras hierbas), creo que es conveniente protegernos un poco mediante la
exaltación de los valores autóctonos, de lo nuestro, de la
patria panameña...
"Amor a la patria" puede ser en estos momentos una frase hueca
que no sirve ni para un anuncio publicitario. Pero hace medio siglo inflamaba
los pechos de muchos panameños de varias generaciones idealistas,
que lucharon desde varios ángulos por la soberanía, el rescate
de lo panameño, la creación de una conciencia nacional, etc.
Tal vez haya que vivir en el exterior para sentir lo fuerte del amor
a la Patria y comprender en toda su magnitud la poesía de Miró.
Aunque allá haya mayor modernismo y lujos, lo que llamo el "síndrome
de la hojaldre" hinca nuestras conciencias a cada rato.
Por eso no es raro escuchar los lamentos de los connacionales que se
fueron al exterior buscando mejores días. Luego de conseguir sus
sueños, "revuelven la mirada" y a veces siente la añoranza
por "los viejos senderos retorcidos" de esta Patria panameña
tan pequeña, que cabe toda entera dentro de la concha de un caracol,
como dijo el poeta en el paroxismo de su "cabanga" ante el Panamá
amado y lejano.
No estamos contra la difusión cultural ni copiar lo bueno de otros
países, pero tampoco podemos aceptar perder nuestra soberanía
y amor a lo panameño. ¡Amemos a nuestra patria, con sus virtudes
y defectos!
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