Miércoles 4 de nov. de 1998

 








 

 


MANUEL E. AMADOR
46 años de la desaparición física del "Padre de la Bandera Panameña"

Antonio Díaz
Crítica en Línea

Pocos meses antes de su muerte, ocurrida hace hoy 46 años, el Doctor Manuel E. Amador, el llamado "Padre de la Bandera Nacional", a petición del prestigioso historiador Ernesto J. Castillero escribió, en su sala de enfermo del Hospital Santo Tomás, la historia de la bandera.

He aquí ese interesante documento:

Hospital Santo Tomás Septiembre 7 de 1951 Don Ernesto J. Castillero me manifestó hace bastante tiempo, en simpática carta, el deseo de contar entre su documentación una reseña elógrafa mía relativa a la génesis de nuestra bandera, y su petición obligante y honrosa, no recibió la debida atención entonces, por lo cual recabo de él la gracia de su perdón pasando ahora a cumplir con el buen amigo, eximio historiador y dilecto compatriota, desde esta casa de salud en la forma siguiente:

Eran días de serias expectativas y extremas nerviosidades aquellos los últimos de la segunda mitad de octubre de 1903, para cierto grupo de ciudadanos que había tomado sobre sí la tarea de últimar los planes que debían realizar el anhelo larga y unánimemente sentido por los panameños de constituir una patria para nosotros.

Para esa época ocupaba yo el puesto de Secretario de Hacienda en la administración del nunca bien recordado Gobernador del extinto Departamento, Don José Domingo de Obaldía, y era mi costumbre siempre al regresar a mi domicilio llegar por un rato al de mi padre, sito entonces arriba de la casa bancaria Ehman y Compañía en la plaza de la Catedral, hoy Parque de la Independencia. Uno de tales días cuya fecha precisa ha escapado infortunadamente a mi memoria, esperábamos el regreso de mi padre de una de las sesiones de los conjurados, alrededor de mediodía.

Doña María su esposa y yo, ansiosos de conocer las últimas. Llegado con algún retraso y visiblemente fatigado, recostose en el diván y cuando hubo tomado aliento díjonos: "El proyecto de bandera de la señora R. Varilla fue unánimemente desechado, primero porque se trata de una dama extranjera, después porque en colores, diseño e ideas difiere muy poco de la americana.

Pero el problema está en que ellos quieren que yo haga una o consiguiente quien la haga. Lo primero es imposible porque me falta idea y lo segundo es por demás expuesto. Tras estas palabras que puse enérgicamente de pie e invitelos a seguirme hasta un viejo escritorio que mi padre mantenía en perfecto orden para los fines de su pequeño negocio de valores.

Una vez allí, mis ojos captaron la presencia de un ejemplar de unos lápices de dos colores que venían de Viena, siempre tarjado con exquisito esmero. Intuitivamente tomelo en mi mano y extrayendo una hoja de papel blanco de una gaveta, tracé una raya vertical para similar un asta, luego, hacia la derecha para similar una bandera tracé un cuadrilátero oblongo. Sobre este tracé en toda su extensión dos rayas en cruz que me dio como resultado cuatro cuarteles; en el superior izquierdo, contiguo al asta tracé crudamente el contorno de una estrella de cinco puntas que teñí en toda superficie de azul y en el cuartel inferior derecho tracé una estrella igual que teñí de rojo. Los cuarteles opuestos a las estrellas en sentido vertical que teñí completamente del color de las correspondientes estrellas. El diseño, así iluminado, lo expuse ante los ojos de mi padre y de su señora esposa, y él tras unos segundos de contemplación me formuló esta pregunta, la cual contesté con cierto rubor de humildad, más o menos así:

"Debo confesar con toda verdad que desde el instante en que me alcé y pedí a ustedes acompañarme hasta aquí, ninguna concepción concreta de simbolismo, ni aún hasta este momento, tengo respecto a esta extraña creación. Tal vez podamos exprimir de ella su propia significación y adjudicarle atributos maravillosos. Por lo pronto, no vemos en ella algo así como el trasunto del momento político presente? Los dos partidos políticos tradicionales que han luchado en cruentas guerras fratricidas se dan un abrazo en el campo de la paz para hacer patria.

Nótese que no hay un color de los que representan los partidos más que del otro, y si casi el doble de blanco de lo que suman aquellos".

Después de algunos segundos más de reflexión, dijo mi padre: "Bien y las estrellas?" Pues éstas contesté simbolizarán: la azul la pureza y la honestidad que habrán de normar la vida cívica de la Patria; y la roja la autoridad y la ley que habrán de imponer el imperio de esas virtudes".

Mi padre atrájome hacia sí y estrechándome fuertemente me dijo: "Muy bien, muy bien", y a su esposa: Mary; a hacer la bandera enseguida; podemos necesitarla en cualquier momento".

Horas después se dirigía Doña María hacia el hogar de su cuñada Doña Angélica Bergamota de Ossa, esposa de don Jerónimo, con todos los materiales y entre ambas confeccionaron la bandera que es el emblema de la Patria.

Manuel E. Amador, creador de la Enseña Patria murió el 12 de noviembre de 1952, dejandonos uno de los símbolos patrios representativos de nuestra nacionalidad.

 

 

 

 



 

Después de algunos segundos más de reflexión, dijo mi padre: "Bien y las estrellas?" Pues éstas contesté simbolizarán: la azul la pureza y la honestidad que habrán de normar la vida cívica de la Patria; y la roja la autoridad y la ley que habrán de imponer el imperio de esas virtudes".

 

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