"Después de la yegua muerta, la chácara de maíz".
El viejo refrán se aplica para lo ocurrido la mañana de ayer, martes.
Eran las 6: 00 de la mañana cuando una humilde familia en la barriada Martín Torrijos, en San Joaquín, dormía como algunos otros ciudadanos.
La madre y tres de sus cuatro hijos oyeron el golpe seco y profundo encima de su casa: un árbol gigante cayó arriba de la vivienda destrozándola por completo.
La familia comentó que ellos están agradecidos a Dios por estar vivos y que sólo hayan perdido lo material.
Jazmín Sussett Park, de 32 años, sufrió golpes en diferentes partes del cuerpo. Ella cubrió a su pequeño hijo de un año para que no le pasara nada. La niña de cuatro años salió con heridas en un brazo donde le cosieron varios puntos; y el mayor de los muchachos, de 15 años, salió herido en la oreja.
Mayuli Mendoza, una de las vecinas de la familia Moreno, informó que al escuchar el tropel del árbol, levantó a sus hijos y salieron corriendo hacia fuera y que al salir fue cuando vio la casa totalmente destruida.
De inmediato los vecinos llegaron para socorrer a la familia. Fueron llevados de urgencia al Hospital Santo Tomás.
Al hospital llegó Javier Henríquez, representante de Pedregal, y les dijo a los familiares que no se preocuparan ya que había hablado con los funcionarios de la Junta Comunal de Pedregal y el Municipio de Panamá y que hoy, miércoles, estarán llegando los primeros materiales para que en veinte días tengan su casa.
A las 2: 40 de la tarde le dieron de alta a Jazmín.
PESAR
La madre de los cuatro chiquillos dijo con voz temblorosa que sentía mucha tristeza por haber perdido lo que duramente consiguió en la vida. Dijo que su esposo sólo tiene dos días de haber conseguido trabajo. Sin embargo, agradece estar con vida.