TEMAS DE ACTUALIDAD
Sistema
de salud ideal
Dr. César Quintero Sánchez
Médico
La salud sin
duda alguna es un derecho y un deber de toda persona. Todo gobierno
que conduce la nave del Estado, en los cerca de 200 países
que conforman el planeta, tiene el deber indeclinable de asegurarle
a la comunidad y en especial a la clase indigente, que en nuestro
país ronda el 40 por ciento de la población, servicios
de salud integrales y de óptima calidad.
Hace 20 años durante una conferencia que brindé
en el marco de un Encuentro Nacional de Enfermeras, expresé
para el asombro de la audiencia, que para mí, la puerta
de entrada o punto inicial a cómo el ciudadano común
evalúa la gestión de un gobierno en ejercicio,
es sin duda el sector salud.
Primero, porque salud no es la ausencia de enfermedades sino
el resultante de múltiples factores entre los que destacan
los estilos de vida, la herencia biológica, el medio ambiente
y los servicios sanitarios integrales. Es decir si no hay vivienda,
educación, alimentación, transporte, trabajo, recreación,
vestimenta y un sistema de provisión de servicios de salud,
que se ofrezcan con plena accesibilidad a todos los panameños,
es imposible que tengamos una nación sana por más
que el promedio del ingreso per cápita aumente.
Y en segundo lugar porque en toda familia siempre ocurrirá
a diario que uno de sus integrantes (personas accidentadas, niño,
anciano, embarazadas, trabajadores, etc.) demandará servicios
a nivel estatal o privado en cualesquiera de los cuatro niveles
de prevención en los que se divide el sistema o a uno
de los 8 procesos básicos de atención directa a
las personas o al medio ambiente. De la calidad, cantidad y calidez
de esta provisión, dependerá el concepto que se
forme el ciudadano votante de la ciudad y el campo, de si es
o no adecuada la gestión que realizan sus gobernantes
de turno.
Panamá necesita con urgencia notoria la conformación
de un grupo de trabajo que sin exclusiones de ningún tipo,
convoque a los dirigentes gremiales del sector, a los salubristas
de jerarquía que no es lo mismo que rango, y a una representación
de la sociedad civil, a fin de definir el camino que se deberá
transitar para que en el próximo milenio, la salud panameña
se dispense con equidad, eficiencia, eficacia, aceptabilidad,
adecuación tecnológica y presupuestaria, y accesibilidad
geográfica, funcional, económica y cultural.
Los nuevos modelos de Administración o Gestión
deberán ser ensayados en espacios-población limitadas
hasta que demuestren su real beneficio. Los modelos de atención
a las personas por procesos, en forma directa, interfase o referida
en el marco del enfoque y la orientación familiar, comunitaria
y ambiental, deberán recibir los recursos suficientes
para poder ser implementados con factibilidad y viabilidad y
así dejar de ser un simple concepto teórico.
En consecuencia no deberá construirse o aceptarse como
regalo, ni un Puesto de Salud, si no se ha definido previamente
en una evaluación Ex-Ante; cuál es su sitio y rol
en la Red de Servicios, su capacidad de respuesta real, el origen
y sostenibilidad del financiamiento para su funcionamiento, la
disponibilidad real del personal para que labore en el mismo
y la procedencia, cantidad y complejidad de la demanda de los
supuestos pacientes que acudirán a sus instalaciones.
En fin se hace necesario tomar decisiones urgentes, mediatas
y a largo plazo en el Sector Salud. Entre las urgentes está
el dotar de un hospital regional adecuado a Bocas, Colón,
Darién y San Blas y la creación por parte de la
CSS de las nuevas regiones de Herrera, Los Santos, San Miguelito,
Darién y San Blas. Es realmente, trascendente que una
sola cabeza dirija los recursos de la CSS y el MINSA a nivel
de cada una de las trece (13) regiones de salud. El bicefalismo
en la conducción, al igual que el excesivo centralismo
burocrático, lo único que ha traído al sistema
ha sido ineficiencia. La compensación por costos unitarios
preservará la responsabilidad financiera de cada una de
las instituciones.
Si esta nación realmente desea la salud de sus ciudadanos,
sin olvidarse de los que menos tienen. Deberá reflexionar
con valentía y profundidad sobre la implementación
de un Sistema Unico de Salud, en donde se ejecuten programas
de salud y no de enfermedad. El ideal propuesto sería
optimizar todo el recurso estatal disponible a través
de la creación de un seguro sanitario universal, a través
del cual todo panameño sin distingos de ninguna clase,
encontraría las respuestas adecuadas a sus necesidades
de salud.
De más está expresar que no creemos en los paquetes
básicos de salud que limitan a vacunas o a acciones de
prevención el deber total, de velar por la salud de sus
ciudadanos. Esto aclarando que el individuo que posee recursos
propios deberá sufragar sus gastos, pero a aquel que no
tiene ni para comer, cobijarse o alumbrarse, el Estado tiene
la obligación indeclinable de proveerle servicios de salud
gratuitos y de manera completa.
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