Las actividades recreativas y de esparcimiento son el mejor medio terapéutico para la salud orgánica y bienestar emocional para personas adultas mayores.
Vivir en la tercera edad puede convertirse en una excelente etapa de la vida, capaz de brindar oportunidades para descubrir y desarrollar alguna habilidad, que ha podido estar escondida por mucho tiempo, como aquellos que tienen que ver con las artes, como la pintura, música, baile, manualidades, etcétera.
Además, expresar estas destrezas estimula e incentiva la práctica masiva en las demás personas longevas, tomando conciencia sobre la importancia y los beneficios que se obtendrán.
El cambio es casi inmediato y de gran trascendencia, pues llevan una actitud positiva hacia la vida ayudándolos a mirar la vida desde una nueva óptica.
"Desde que empecé a asistir a mis clases de pintura, me sentí libre y que podía plasmar en la hoja cualquier cosa como algunos recuerdos de mi juventud. Luego de terminarlos los cuelgo en mi sala", señaló María Laveriano, alumna del curso de pintura.
Pero no solo las artes sirven para rehabilitar y preservar la salud, sino también las caminatas y ejercicios en general.
El objetivo principal es eliminar la inactividad, pues la vida sedentaria es base segura para propiciar tempranamente problemas orgánicos.
Se recomienda realizar una actividad que tal vez durante muchos años ha postergado: hacer un trabajo manual, tocar algún instrumento, hacer lo que hace mucho tiempo deseaba realizar o cualquier otra alternativa que le haga sentirse bien. Y no dude en decidirse a superar los temores, la inactividad y la depresión. Una vez que haya tomado la decisión, ser constante y perseverar hasta lograr lo anhelado.
