Ex comandante guerrillero busca
presidencia de El Salvador
San Salvador
REUTERS
Cuando en 1979 estuvo en
la cárcel por sus luchas sociales, Facundo Guardado jamás
imaginó que un día estaría a las puertas de ser presidente
salvadoreño.
Ahora a sus 44 años y después de ser o de los jefes de
la guerrilla izquierdista, Guardado es el principal rival del candidato
oficial en las elecciones presidenciales del domingo.
Pero para llegar a la candidatura el barbado y duro ex comandante rebelde
libró durante meses una dura batalla al interior de su propio partido,
el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN),
donde se le acusó de traidor y derechista.
Pese a la oposición de sus dirigentes históricos, el FMLN
camina por la reforma de sus estructuras y el sentido de su lucha, que durante
más de una década le llevó a empuñar las armas
en una cruenta guerra civil que costó 75.000 vidas.
Desde su puesto de coordinador del FMLN, elegido en diciembre de 1997,
Guardado dejó atrás sus deseos de instaurar un régimen
de socialismo estatal y en la actualidad sus planes no propugnan sustanciales
cambios en la economía y el sistema político, aunque defiende
su opción por beneficiar a la mayoría.
Su discurso ha pasado de incendiario, cuando fue dirigente social y
jefe de fuerzas guerrilleras, a moderado, por lo que le acuñaron
el calificativo de "renovador".
Algunos le critican que sólo haya estudiado hasta noveno grado
y obtenido diploma de técnico en producción agropecuaria,
por lo que creen le falta instrucción para ser presidente.
Guardado nació en 1954 en Arcatao, un poblado del norte del país,
donde creció trabajando en la agricultura, cortando café y
en las zafras de la caña de azúcar.
Tiene cuatro hijas, dos con su actual esposa Carmen Alvarez, nacida
en España y ex funcionaria de la Misión de Observadores de
la ONU, quien le admira sus dotes de dirigente, pues está segura
que los líderes "no necesitan títulos".
El economista y analista, Alberto Arene, cree que Guardado tiene liderazgo
en el FMLN, pero "todavía no se traslada hacia la población".
Además piensa que "Facundo no es un hombre radical, pero
sí un hombre de pelea".
De hablar pausado y con una permanente sonrisa, que algunos de sus enemigos
consideran que a veces es "burlona", el ex combatiente ha prometido
"construir las bases del futuro democrático y reorientar la
economía para que las grandes mayorías tengan oportunidades".
Guardado acepta que su pensamiento ha evolucionado y cree que sería
"absurdo" implantar en el país un sistema socialista, como
el que pretendió en su juventud y por la cual participó en
la sangrienta guerra civil que concluyó en 1992.
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