EDITORIAL
Crisis en el Hospital "Santo Tomás"
La visionaria gestión
presidencial del doctor Belisario Porras dirigió esfuerzos en la
construcción de un moderno hospital que fuera prez y orgullo de los
panameños, garantizando los dineros de la inversión con los
ingresos de la nacionalizada Lotería Duque; obra monumental que generó
entonces encontradas opiniones y críticas, que llegaron a calificarlo
de "un elefante blanco", en demérito a la prospectiva del
mandatario liberal.
El Hospital "Santo Tomás", erigido en las costeras
proximidades del Mar Pacífico, con sobrias líneas arquitectónicas,
donde el frontispicio de elevadas columnas muestra la majestad del proyecto
convertido en realidad, el que llegó a gozar de ponderada fama en
Latinoamérica, atrayendo en romería adoloridos pacientes que
allí vinieron en busca de salud y consuelo.
Al transcurrir del tiempo la edificación sufrió desperfectos,
daños y deterioros, que unidos al crecimiento desorbitado de enfermos
hicieron obsoletos sus servicios, agravados por el recargo exagerado de
la planilla y los recortes insensatos de sus asignaciones presupuestarias:
realidad dolorosa que denunciaron repetidamente, con recia voz los gremios
de médicos laborantes en el hospital, sin lograr respuestas efectivas,
soluciones idóneas, que permitan salvar al centro de medicación
de mayor arraigo popular.
Ahora, la crisis pronosticada por los galenos y otros funcionarios
del sector salud, se materializa con las renuncias de siete funcionarios
de mando, encabezados por el Director General, quienes formulan acusaciones
graves y apuntan las carencias profundas que soporta el Hospital "Santo
Tomás", realidad que amenaza con causar muertes de pacientes,
por falta de recursos y materiales idóneos, mientras afirman existe
indiferencia en las autoridades ministeriales para atender tales petitorios
y reclamos.
En otro ángulo de denuncia, el ex ministro Guillermo Rolla Pimentel
opina que la agravación de la crisis hospitalaria del Santo Tomás
obedece a estrategia oficial, que busca llevar el servicio de ese centro
a la privatización, e imponer modelísticas apartadas del sentido
de solidaridad y apoyo social que debe desempeñar el Estado, en los
aspectos de salud pública.
Por otra parte, conviene señalar que el desempeño de
la ciudadana Ministra de Salud, frente a los requerimientos de los galenos
y técnicos hospitalarios en el Santo Tomás, resulta contradictorio
y provocador, cuando en ocasión anterior, al igual que ahora, endilga
subalternos propósitos a los médicos protestatarios, sin conceder
importancia a los hechos de las denuncias; al extremo de sugerir la realización
de rifas y tómbolas, para allegarle fondos al centro de salud; proposición
que es expresión contraria de los deberes de su cargo y responsabilidad.
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