Las aspiraciones del ex dictador Manuel Antonio Noriega, de volver a Panamá, parecen haberse esfumado definitivamente.
La Suprema Corte de Estados Unidos rechazó un recurso expedido por su defensa para impedir su extradición a Francia, que lo solicita para juzgarlo por blanqueo de capitales.
En Panamá, su abogado Julio Berrío aún argumenta que la decisión final sobre a dónde se enviaría al "ex hombre fuerte de Panamá", podría recaer en la Secretaria de Estado, Hillary Clinto, pero incluso el propio representante legal de Noriega en EEUU, Frank Rubino, se mostró pesimista sobre las posibilidades de su cliente, mencionando que ya se le acabaron las opciones.
La decisión también es un golpe a las aspiraciones de aquellos civilistas que lucharon contra la dictadura de Noriega, y esperaban poder ver al ex dictador cumpliendo en Panamá las condenas por los homicidios de Hugo Spadafora y Moisés Giroldi, entre otras que se le dictaminaron en ausencia. Algunos otros respirarán aliviados.
Lo cierto es que Noriega aún tiene muchas cuentas por pagar, y aunque algún día regrese a Panamá, deberá ser para pasar el resto de su vida tras las rejas por los múltiples crímenes que aquí cometió, además de enfrentar varios procesos pendientes por los cuales debe ser juzgado.