La selección de Euskadi no encontró oposición para golear a la Serbia, que dirige Javier Clemente, un equipo flojo, que salió derrotado (4-0) de San Mamés por un rival muy superior y en el que marcaron Yeste, de penalti, Urzaiz, Sarriegi y Uranga.
El combinado vasco se impuso al balcánico casi sin apretar el acelerador y gracias a la contundencia mostrada en sus acercamientos más peligrosos sobre la meta del pasivo Avramov.
No fue un partido excesivamente vistoso, sobre todo en la primera media hora, en la que el juego resultó muy trabado y las pocas ocasiones reseñables se ciñeron a tres intentos locales sin demasiado peligro.
Primero, un cabezazo alto, aunque ajustado, de Aitor Tornavaca a centro de Iraola; después, un tiro cruzado de Urzaiz; y, posteriormente, otro disparo lejano de Yeste que puso en apuros al portero visitante.
Recién superado el minuto 30, un penalti entre ingenuo y descarado de Duljaj dio un giro al choque.