Domingo 27 de dic. de 1998

 








 

 


Nuevas claves sobre la bulimia

Anita Srikameswaran
Crítica en Línea

Es posible que el ideal cultural de una figura delgada y atlética no sea lo que lleva a algunas personas a darse una comilona y luego purgarla. Nuevos estudios sugieren que es posible que unos factores biológicos sean por lo menos responsables en parte por esta afectación del comer, llamada bulimia nervosa.

Los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh y del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York han hallado alteraciones en la composición química del cerebro entre las mujeres que están recuperando de bulimia.

El estudio le agrega más pruebas a la incipiente perspectiva de las afecciones del comer como enfermedades biológicas, en vez de emocionales, dijo el Dr. Walter Kaye del Instituto y Clínica Psiquiátrica Western.

"En las afecciones del comer, estamos donde las personas con esquizofrenia estaban hace 20 años", dijo Kaye, que encabezó el estudio de bulimia. "Hace veinte años, las personas todavía culpaban a la cultura o a sus padres como causantes de las esquizofrenia y no pensaban que había una influencia biológica. Está muy calro ahora que la esquizofrenia es una enfermedad del cerebro".

El Dr. Michael Strober, el director de los programas de afecciones del comer del Instituto Neuropsiquiátrico de la Universidad de California en Los Angeles, dijo que las pruebas de Kaye no muestran si los cambios en la química del cerebro son una causa o un efecto

de la enfermedad. "Pero suscita preguntas provocativas", agregó él, y puede que sean extremadamente importantes en el tratamiento de los pacientes de bulimia.

Los síntomas de bulimia incluyen darse comilonas seguidas por esfuerzos de o purgar la comida, sea induciendo vómitos o tomado laxantes, o compensar ayunando o haciendo ejercicios en exceso.

En el estudio, las muestras de fluido espinal fueron sacadas de 30 mujeres que habían estado sin bulimia por lo menos durante un año, tenían un peso normal y estaban comiendo debidamente, y tenían ciclos mestruales regulares. Estas fueron comparadas con las de 31 mujeres saludables que nuncan habían tenido una afección del comer. Los investigadores le prestaron una atención particular al serotonina, un neurotransmisor, o químico cerebral, implicado en la regulación del ánimo.

"Lo que estamos hallando es un indicio de que las personas que se están recuperando de bulimia tienen una mayor actividad del serotonina en sus cerebros", dijo Kaye. Cuando las muejres recibieron un fármaco que actúa sobre el sistema de serotonina, los bulímicos en recuperación tuvieron más síntomas de ansiedad que el grupo saludable.

Los niveles de otros químicos del cerebro fueron los mismos en ambos grupos.

Strober, de la Universidad de California en Los Angeles, dijo que los hallazgos sugieren que, sea o no que el serotonina esté implicado en causar

la bulimia, los ataques de bulimia tienen efectos perdurables, lo cual podría explicar por qué los pacientes sufren recaídas

con frecuencia.

Es posible que los pacientes de esta manera se beneficien del manejo a largo plazo, dijo Strober. Podría demostrar ser importante normalizar los niveles de serotonina del paciente, quizás en combinación con terapia convencional del comportamiento, agregó él.

Mientras que los niveles altos de serotonina son asociados con la ansiedad, algunos estudios han demostrado que los niveles bajos están ligados a comportortamientos agresivos e impulsivos.

El serotonina está compuesto de un aminoácido llamado triptófano. Muy poco triptófano es necesario para satisfacer las necesidades diarias y muchos alimentos lo contienen, así que a menos de que una persona pare de comer las deficiencias son poco probables.

Kaye dijo que la nueva investigación sugiere que una persona que es predispuesta a tener una afección del comer tienen niveles más altos de actividad de serotonima que una persona sana.

Esa actividad alta "problablemente hace que las personas se vuelvan como ansiosas y obsesionadas. No es un estado cómodo", explicó Kaye.

"Nuestro cálculo es que las personas con anorexia y bulimia se privan de comida para reducir su triptófano y reducir su actividad del serotonina en el cerebro. Se sienten mejor, por lo menos temporalmente",

El está enlistando participantes para un nuevo estudio internacional de personas bulímicas que tienen un pariente bulímico para buscar marcadores genéticos de la afección del comer.

Debido a los efectos en el serotonima del cerebro, las dosis altas de fármacos como el Prozac han sido usadas con algún éxito en el tratamiento de las afecciones del comer. Entre el 30 y el 60 por ciento de las personas se recuperan de la bulimia, dijo él. El resto tienen síntomas crónicos y no les va bien.

 

 

 




 

Los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh y del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York han hallado alteraciones en la composición química del cerebro entre las mujeres que están recuperando de bulimia.

 

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