1998 ¿Año fatal para
los panameños?

Eduardo Soto P.
Crítica en Línea
Llegó el último
domingo del año. Por estar al frente del equipo de periodistas encargados
de esta sección dominical, me toca despedir la jornada con un resumen
de los hechos que hicieron noticia durante los últimos doce meses,
y que fueron atendidos por los comunicadores en esta gustada sección
de "Relatos".
Antes de abrir el abanico de los acontecimientos noticiosos, que exigieron
para sí miles de libras de tinta en nuestras rotativas (aquí
medimos la tinta por el peso de los galones), permítanme anotar que
los sacerdotes católicos están hoy reflexionando en sus sermones
sobre la fiesta de la Sagrada Familia, es decir, Jesús, María
y el carpintero José.
Los análisis tienen su inicio en el libro del Eclesiástico,
Antiguo Testamento, en el que se señala que "El que honra a
su padre alcanza el perdón de sus pecados, y el que respeta a su
madre amontona tesoros". Los curas advierten que la familia es una
comunidad auténtica, que debe estar unida a pesar de las tormentas
particulares y sociales, y la comunidad (los vecindarios y corregimientos
en general) debe tornarse más fraterna y solidaria, como si fuera
una familia, acercándose más a Dios.
Ustedes se preguntarán ¿Qué tiene que ver todo esa
charla religiosa con los hechos políticos, sociales, culturales y
policíacos que llegaron a las primeras planas de Crítica Libre
en 1998?.
Mil novecientos noventa y ocho ha sido un año de divisiones, de
enfrentamientos, de luchas intestinas, y de confrontación. Aunque
sea difícil aceptarlo, el panameño ha sido lobo del panameño.
Aquí, todos, gobernantes y gobernados, hemos desordenado la casa,
alejándonos de la sociedad fraterna y solidaria de que hablan los
católicos en este "Domingo de la Sagrada Familia".


|

|
Ustedes se preguntarán ¿Qué tiene que ver todo esa
charla religiosa con los hechos políticos, sociales, culturales y
policíacos que llegaron a las primeras planas de Crítica Libre
en 1998?. |

|