El dolor de perder a un ser querido y despedirlo en las vísperas del nacimiento de Jesús, un 24 de diciembre, cuando todos piensan en regalos, comida y diversión, lo compensa el saber que Dios está presente sobre todas las cosas en la familia.
Keisha Tanisha Wright, asesinada de varias puñaladas para robarle un celular en la barrriada El Nazareno, corregimiento de Cristóbal, en Colón, fue despedida religiosamente en el Ministerio Apostólico Restaurando Vidas, en Arco Iris, lugar donde se congregaba.
Parecía estar dormida en el féretro blanco que se convirtió en su medio para partir. El dolor de sus seres queridos y hermanos en Cristo, era evidente aunque vieron su partida de una forma diferente, ya que la muchacha siempre buscó al Señor.
El homicidio de esa joven universitaria, estudiante del III año en la carrera de Inglés, y quien dejó en orfandad a un niño de dos años: Julio César Pitalúa, se ha convertido en un detonante importante para las iglesias evangélicas en Colón, que están promoviendo un clamor de paz en la provincia donde también se ha desatado la violencia.
VENGANZA VS PAZ
Oscar Wrigth, padre de Keisha, lejos de sentir sed de venganza por el sujeto que le quitó la vida a su hija, piensa que hay que llamar a la juventud a los caminos de Dios.
"Yo estoy de acuerdo con lo dicho por el Pastor Castillo, de la congregación a la que pertenece mi familia, porque debemos contribuir a buscar la paz para Colón", dijo con tristeza.
Kenaicha, hermana de Keisha, miembro del Coro de Alabanzas del Ministerio Restaurando Vidas, cantó para despedirla, ante cientos de hermanos de la Iglesia, familiares y amigos que la acompañaron en el ultimo adiós.
El pastor Víctor Castillo del Ministerio Restaurando Vidas, que vio crecer a la joven cristina, hizo un llamado a los colonenses para que se unan al clamor de paz que desde el próximo sábado empezará en esa ciudad.
"Le creemos a Dios y declaramos que en esta provincia nos esperan días mejores, no podemos dejar que lo malo sea lo que prevalezca ante las cosas buenas que queremos para nuestra juventud, y para los nuestros", señaló.
En el llamado el pastor Castillo manifestó que la familia de Keisha sólo pide misericordia y que esa persona que le quitó la vida para robarle ese celular, se arrepienta a los ojos de Cristo, y lo busque.
EL VICTIMARIO Y LA LEY
A pesar que Keisha fue asesinada de cinco puñaladas al momento que se dirigía a su hogar con unas medicinas para su hijo, el sujeto que la mató y que fue plenamente identificado está libre porque la Policía Nacional no tiene una orden de captura emitida por ninguna autoridad competente.
La muerte de esa joven parece no tener ningún castigo para sus asesinos que no son perseguidos por la justicia por los tecnicismos de la Ley que ampara a los menores infractores y que cada día dejan un mal sabor a los familiares que pierden de esta manera a los suyos.