Mientras conducían, frente al club Campestre El Carrizal en la autopista Arraiján-La Chorrera, un enorme árbol de cañafístulo cayó sobre el parabrisas del camión 10 ruedas con matrícula 287798, conducido por Sebastián Castillo, de 35 años, y a su hijo Henry Castillo, de 14 años; al igual que al conductor del vehículo Chevrolet color blanco, Octavio Macre, de 30 años, con matrícula 565913, que se salvaron milagrosamente de morir aplastados.
Con este caso es el cuarto árbol que se desploma en lo que va del año.
En julio, un viejo enramado de Corotú le cayó encima a un vehículo frente a la urbanización Los Rosales, Arraiján, en la vía Interamericana. Una persona murió.
Hace dos semanas, un derrumbe en Loma Cová provocó el desplome de otro enorme tronco a orillas de la vía que se precipitó sobre un Lada Niva. Afortunadamente no se registraron víctima, aunque dos unidades de Tránsito resultaron levemente heridos.
Y escasamente hace unos días también se desplomó otro árbol en la autopista sin mayores consecuencias.
El accidente de ayer se registró a las 10:00 a.m. en la autopista.
El desplome provocó que uno de los carriles de acceso de la vía rápida de acceso hacia la capital se obstruyera por 20 minutos.
El conductor del 10 ruedas, atemorizado, exclamó: "Dios metió su mano y sólo fue el susto del estruendo".
La fuente, trabajador de una compañía de carga, contó que viajaba normalmente a una velocidad moderada cuando de pronto escuchó el estruendo y repentinamente le cayó encima el tronco grueso.
Mientras que el conductor del Chevrolet blanco- entre palabras cortadas- se limitó a decir que sufrió un leve rasguño en el hombro; el miedo se apoderó en ese momento, se le imposibilitó explicar lo ocurrido.
Al lugar llegaron unidades de seguridad pública de Tránsito, bomberos de Arraiján, funcionarios del SINAPROC de Panamá Oeste, que en acción coordinada, cortaron en tuco el árbol para despejar la vía. |