Viene el lobo, viene el lobo", decía el cuento. Así fue con los vecinos del populoso distrito de San Miguelito, en Cerro Batea, cuando venían anunciando desde hace cinco meses la posible caída del muro de contención de la segunda etapa del Corredor Norte.
Como editor de Comunidad en esos días, verificamos y recibimos las denuncias constantes de dichos moradores, alarmados de que el terraplén del Corredor Norte amenazaba con caerse sobre casas y una escuela del sector. Pero, por más que los medios de prensa y la gente denunciaban este hecho, el Gobierno y la empresa mexicana PYCSA hicieron caso omiso de las críticas y siguieron con la obra.
Hace una semana, vino la tragedia. Tres menorescen bajo los escombros del terraplén derrumbado. ¿Y ahora quien paga el daño? Al parecer, hay claros indicios de negligencia y poco importa de los técnicos mexicanos en la construcción del tramo dos del Corredor Norte. Igualmente, el Ministerio de Obras Públicas (MOP), permitió el craso error de brindar un tramo muy cerrado para la vía rápida y una servidumbre muy inferior a los estándares regulares que se aplican en otras partes del mundo.
Investigamos y descubrimos que, según normas internacionales a las cuales Panamá y México son signatarios, cuando se construye una autopista, la carretera debe tener unos 35 metros de servidumbre, en base a la distancia desde el eje del camino (es decir su centro). Acá en el Corredor Norte, tramo dos, ni siquiera hay cinco metros entre el terraplén y las residencias de San Miguelito.
¿Qué hubiera pasado si se hubiera construido la carretera tal como estaba estipulada, y un mal día un camión desbocado se sale de la vía y va a parar en las residencias?
A diferencia de PYCSA, el Corredor Sur de ICA sí tiene la servidumbre adecuada de más de 30 metros de distancia al eje central de la autopista. Por ello, en casos de accidentes viales en dicho camino, la servidumbre ha protegido.
Como todos los panameños, exigimos a las autoridades nacionales que se sancione ejemplarmente a PYCSA y al ingeniero que cometió el error de construir un terraplén mal diseñado. También pedimos que amplíe la servidumbre y que se le pague lo correspondiente a los residentes que perderán sus casas, brindándoles casas dignas para vivir y no cuartuchos en quien sabe dónde. |