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Esta realidad, pueda que sea considerada común en el país; sin embargo representa los deteriorados valores humanos que se siguen perdiendo en todos los sectores sociales, remontando la solución de conflictos a los primigenios instintos del hombre.  |
La fuerza de los conflictos interfamiliares o vecinales pareciesen que ahora son motivados por fuertes pasiones personales, que les ciega el razonamiento a miembros de este primer núcleo de la sociedad, para llegar a entendimientos aceptables, respecto a esos problemas, ya sean por litigios de tierras, viejas rencillas, herencias, malos tratos o de índole sentimental.
Recientemente un caso en la pasada semana, resalta lo que viene ocurriendo intramuros residenciales o vecinales. Son situaciones presuntamente desconocidas o por lo general conflictos en los que las personas del sector donde ocurren no desean "meterse" para evitar problemas posteriores.
En El Copé de Olá, una zona apartada y similar a muchas tantas de la campiña, se suscitó en pleno Día de la Madre un enfrentamiento violento y casi mortal, convirtiéndose en el "peor de los regalos" en este venerado día en el calendario de festejos de los panameños.
Rafael Barrios de 24 años y José del Carmen González, protagonizaron la famosa escena del "duelo del Tamarindo", como registra la leyenda ocueña.
En medio de la fiesta de este día se encontraron, pero en su interior revivió aquella ocasión, en que un miembro de la familia había sido "cortado" por el otro, casi llevándolo a la muerte.
Inyectados por la efervescencia de la prohibida "chicha fuerte", se retaron verbalmente y sin mediar ningún espacio de tiempo, cruzaron sus machetes sin clemencia uno contra el otro; en cuestión de minutos y en medio de los gritos desesperados de los vecinos y amigos, el cuerpo de ambos se tiñó con la sangre de las cortadas de los filosos machetes de "faginear" en los montes, pero ahora convertidos en armas dispuestas para la rencilla, a socavar la existencia del contrario.
Ambos son llevados de urgencia por esos rudos caminos de Olá.
José del Carmen fue trasladado con cortadas en el rostro, los brazos, la espalda y los muslos hasta el lejano Hospital de Aguadulce, Rafael Estévez; está fuera de peligro.
Rafael Barrios, su contendiente en este brutal duelo a muerte, recibió una herida de cuidado en el abdomen y cortadas en otras partes de su anatomía. Se mantenía en observación médica.
La personería de Olá, inició el proceso penal para determinar la responsabilidad de los hechos.
En algunos de estos casos de viejas rencillas, no se dan denuncias de ninguna parte contra la otra. Sólo esperan otro momento para saldar esa afrenta. O es probable que otro miembro de la familia entre al escenario de la violencia que se anida en estas rivalidades escondidas, allá en la campiña.
No sólo el procesamiento penal resuelve al asunto, sencillamente lo atenúa, porque el ser humano que "cocina" su odio y rencor sin ninguna ayuda espiritual o social, seguirá encontrando la oportunidad de saciar esa presión interna incontenible en contra de la vida.
Estos casos siguen dándose en varias comunidades, los problemas que los originan son conocidos por el resto de moradores; sin embargo, nadie participa para denunciar o buscar una solución en otras instancias de ayudas sociales, además éstas tampoco abordan estos temas a profundidad o sólo sugieren, por lo escabroso del tema, que sean tratados por las autoridades penales.
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