El 14 de abril de 1986, Estados Unidos bombardea Tripoli, como represalia al apoyo de Libia y de su lider, Muamar Al Gadafi, a los grupos terroristas que operaban en su país, en Noráfrica. En 1988, un avión de Pan Am es saboteado por agentes palestinos y libios. Mueren 200 personas sobre el poblado escocés de Lockerbie. A los pocos meses, sanciones de la ONU contra Libia.
Libia, una potencia en el Mediterráneo, siempre fue una incógnita en sus relaciones exteriores. Buscando ser el defensor del integrismo, de la causa panárabe y la lucha del Tercer Mundo contra el Occidente Capitalista, mantuvo su respaldo a movimientos cuyo fundamento, algunas veces era el uso de la violencia.
El pasado viernes, todo cambio. Gadafi, desde una de sus tiendas berebér en el desierto, admitió que estaba fabricando armas de destrucción masiva (ADM) y que cooperaría para eliminarlas.
Gadafi, igualmente en este año 2003 hizo un paso hacia la reconciliación con Occidente, al pagar una compensación monetaria a las víctimas de Lockerbie.
Lo anterior demuestra que en la Guerra contra el Terrorismo, se suelen ganar extraños y insospechados aliados, como el caso de Gadafi. No más, ayer mismo el coronel "sapeó" a los elementos de la red terrorista de Osama bin Laden y sus conexiones en EEUU y Europa.
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