La actual situación económica mundial era algo que se veía venir. Tal vez los acontecimientos del once de septiembre (traumáticos e inesperados) agravaron el asunto más de lo que cualquier político o economista podría vaticinar. Pero, bueno, el asunto es que ya la cosa está color de hormiga, y las empresas y países que siguen con vida deben seguir adelante.
No se valen las quejas ni echarle la culpa a otro de los problemas. Hay que levantar la cabeza y empujar el carro. Hacer otra cosa es criminal con uno mismo y con la sociedad. Lamentablemente hay mucha gente que se queda en el refunfuño, en las lamentaciones y en el llanto. Ven en todos los demás a un adversario y se niegan a dar todo de sí para echar hacia delante.
Lo que no toman en cuenta es que actualmente no hay mucho de dónde escoger. Lo que se tiene, un empleo por ejemplo, es una bendición, porque hay cientos de miles que no lo tienen. Y si lo pierden, no habrá otras opciones valederas. Quedarse donde están, sin hacer mayores esfuerzos también es criminal, porque hará que la empresa no sea competitiva y pierda mercado.
La consecuencia, entonces, será la misma: pérdida, pérdida y.. pérdida. Mejor es empujar el carro, dar lo mejor de sí, ser siempre mejores que el día anterior. Sólo así vendrán tiempos mejores y nuevas oportunidades para todos. |