EDITORIAL
Invasión
Hace 14 años, Panamá vivió días aciagos. La dictadura militar fue derrocada por una invasión extranjera. El barrio de El Chorrillo quedó en medio de la arrolladora fuerza bélica de la operación "Causa Justa". Sus viejos caserones fueron arrasados.
Las heridas de las personas que perdieron a un familiar durante la invasión del 20 de diciembre de 1989, nunca cicatrizarán. Con la caída de las Fuerzas de Defensa se abrieron surcos de libertad y se estableció el respeto por los derechos humanos.
Más de 27,000 soldados norteamericanos participaron en la invasión. De esa acción armada todavía hay muchas interrogantes, sobre todo aclarar el número de panameños que murieron a causa de esos sucesos. Muchos jóvenes no recuerdan la invasión identificada por la administración del presidente George Bush Padre y el hoy secretario de Estado, Collin Powell, como la Operación "Causa Justa".
Hay que reconocer que la invasión restableció la democracia, pero también causó daños a la economía panameña estimados en casi 500 millones de dólares y Estados Unidos no atendió satisfactoriamente el reclamo que presentaron ante los tribunales norteamericanos los empresarios panameños. También están pendientes las demandas presentadas por familiares de los caídos en la invasión.
La historia de la dictadura no debe repetirse jamás, así como tampoco otra cruenta invasión, porque todavía quedan huellas dolorosas y prejuicios contra Estados Unidos, ahora más que el nuevo Presidente norteamericano es hijo de George Bush, el arquitecto y promotor que ordenó la acción bélica de hace más de una década.
PUNTO CRITICO |
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