EDITORIAL
Carretera Panamá-Colón
La carretera Panamá-Colón, conocida mejor como la Transístmica presenta un deterioro deplorable y constituye un grave peligro para los conductores y pasajeros que se ven obligados a utilizar cada día esa vía.
La cantidad de huecos que hay es una vergüenza. Colón cuenta con una Zona Libre que mueve billones de dólares al año, así como los puertos más eficientes del país, por lo que resulta increíble que una provincia que tanto produce a la economía de la nación, no cuente con al menos con una vía decente para comunicarse con la capital del país.
Cada día los conductores deben esquivar enormes baches y hasta cruzarse al paño contrario para evitar que sus autos sufran un desperfecto mecánico por los huecos que hay en el trayecto que une a las dos principales ciudades del país.
En ese zigzag se expone la vida de gente inocente. La carretera Transístmica es utilizada por enormes camiones que transportan mercancía procedente de la Zona Libre y combustible procedente de la Refinería Panamá. Sólo un milagro de Dios ha impedido una desgracia.
La pregunta que se hacen los panameños es por qué se permite tal deterioro de esa y otras vías; por qué el Ministerio de Obras Públicas no desarrolla un adecuado programa de mantenimiento.
Desde hace más de un año se autorizó el uso de los dineros del Fondo Fiduciario proveniente de las privatizaciones y uno de los renglones establecía parte de este para mejorar la red vial del país.
Sin embargo, el gobierno parece estar empantanado en su burocracia y en desarrollar proyectos carreteros en áreas ecológicas, en vez de reparar las vías existentes, tal como la Transístmica.
Es probable que cuando se produzca un accidente de gran magnitud, saldrán funcionarios presurosos a atender algo que es evidente. ¡Qué esperan para actuar!
PUNTO CRITICO |
 |
|