El árbol de Navidad natural nunca pierde vigencia, su belleza y aroma son inigualables. Eso sí, hay que cuidarlo y aquí hay unos tips:
Envuelva su raíz en plástico o póngalo dentro de un recipiente adecuado y proteja el piso de manchas en la zona donde lo ubicará.
Una vez en la casa, déjelo en una zona lo más fresca posible, donde pueda recibir bastante luz natural, pero no demasiado sol.
Asegúrese que el árbol quede apoyado de manera estable. No hay nada que pueda reemplazar un buen soporte. El ideal es que escoja una maceta con un tanque de reserva de agua, así, junto con afirmarlo, se asegurará que no se pueda secar tan fácilmente.
Si es necesario, asegure el árbol con alambre o una cuerda de pescar, afirmadas al tronco y al soporte del árbol.
La belleza y duración de su árbol, mientras esté en el interior, dependerán totalmente del riego y de usted. No descuide el riego, pero evite los excesos.
Riéguelo dos o tres veces por semana, con la cantidad de agua adecuada al tamaño del árbol.
Un árbol recién instalado puede llegar a absorber casi 4 litros de agua en las primeras 24 horas y al menos 1 litro diariamente de allí en adelante.
Cuando instale los adornos sobre el árbol, tenga presente que deberá dejar espacio para llegar con agua a las raíces. Ponga especial atención a la cercanía entre el agua y las conexiones eléctricas.