Las autoridades chinas confirmaron que varios manifestantes murieron víctimas de los disparos de agentes policiales que intentaban dispersar una protesta a principios de esta semana en el pueblo de Dongzhou, en la provincia sureña de Cantón.
La agencia estatal de prensa, Xinhua, responsabilizó a los residentes de Dongzhou de la violencia que se registró cuando docenas de personas protestaban por la confiscación de terrenos para una planta de energía eólica.
Los manifestantes habrían provocado a la Policía cuanto supuestamente atacaron a los agentes con explosivos y cuchillos, indicó la agencia.
El gobierno aseguró que "instigadores" armados provocaron los violentos enfrentamientos. Según la versión oficial, seis civiles murieron. Los residentes locales afirman que los muertos ascienden a al menos 20.