Militares inquietos por Pinochet en plena campaña presidencial

Agencias
Internacionales
Las Fuerzas Armadas chilenas se muestran inquietas por la larga detención en Londres del general Augusto Pinochet, pero mantienen absoluta normalidad institucional a pocas horas de abrirse las urnas para las elecciones presidenciales. Pese a la constante inquietud del poderoso Ejército chileno, expresada por su comandante en Jefe, Ricardo Izurieta, ante el incierto futuro en Europa del ex dictador, la situación al interior de los institutos armados es de tranquilidad y de respeto a las elecciones del próximo domingo, opinaron diversos medios políticos consultados por la AFP. "La detención del general Pinochet es una cuestión que no depende de nuestro país, sino de la justicia británica y la decisión política de ese país de conceder o no la extradición del senador vitalicio, requerido por la justicia española", dijo el especialista en defensa, Eduardo Santos. Y precisamente en ese escenario, el experto aseguró que la preocupación por el general Pinochet al interior del Ejército y las otras ramas de la defensa nacional es lógica y entendible, aún cuando debe considerarse que esas instituciones castrenses están ahora inmersas en un profundo proceso de modernización militar y cívica. Esta vuelta a la "profesionalización" de los militares, después de su profunda politización durante el régimen de Pinochet (1973-90), tras el derrocamiento del ex presidente socialista Salvador Allende, es una realidad que proyecta cierta tranquilidad para las próximas elecciones, dijeron a la AFP analistas castrenses. "La situación en el país está totalmente tranquila en los cuarteles y los oficiales y tropas del Ejército simplemente se preparan para cumplir con su tradicional misión de mantener el orden público en todos los lugares de votación en los comicios del próximo domingo", dijo a la AFP un alto oficial, que pidió el anonimato. Pero, al margen de esta normalidad, el llamado "voto militar" vuelve a ser motivo de alguna preocupación a la hora de sacar cuentas sobre los resultados finales. Los medios políticos estiman que este es un voto muy especial. Se estima que los efectivos en servicio activo son alrededor de 95.000 hombres y mujeres, incluidos los conscriptos, repartidos en las tres ramas de las fuerzas armadas. A lo anterior se agregan 38.000 carabineros (policía militarizada). En tanto, los que alguna vez vistieron uniforme sumarían unos 120.000, lo cual da un total aproximado de 215.000 personas con derecho a voto, al margen de sus respectivas familias, que haría subir la cifra a los 430.000 sufragios. Esta es una cantidad nada despreciable para cualquiera que postule a un cargo de representación popular, concluyó el semanario. La elección del domingo, en la que votaran 8 millones de chilenos, será la tercera desde que concluyó el gobierno militar de Pinochet, detenido en Londres desde hace 14 meses en medio de un juicio de extradición a España por los crímenes atribuidos a los agentes de su régimen. En los comicios presidenciales (y parlamentarios) de diciembre de 1989, el ganador fue el líder demócrata cristiano de la oposición a Pinochet, Patricio Aylwin. Cuatro años después, en diciembre de 1993, Eduardo Frei, también democrata cristiano, fue elegido para encabezar el segundo Gobierno de la concertación Democrática. Pero a diferencia de esas votaciones, esta vez los electores no tendrán que pronunciarse por candidatos al Parlamento, sino por los seis postulantes a la presidencia, lo que facilitará el recuento de los votos y el reflejo de una tendencia, posiblemente hacia las 21H00 GMT, según estimaciones del Servicio Electoral. Además del socialista Ricardo Lagos y el derechista Joaquín Lavín, los aspirantes al Palacio de La Moneda son la líder comunista Gladys Marín, la ecologista Sara Larraín, el centrista (partidario de Pinochet) Arturo Frei y el humanista Tomás Hirsch.
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