La idea de la reelección presidencial empieza a tomar forma, por lo menos en la cabeza de algunos diputados oficialistas, que consideran que una eventual candidatura de Juan Carlos Varela a la máxima magistratura del país en las elecciones generales del 2014, enfrentaría una derrota segura frente al eterno PRD.
Varela hasta el momento, según algunos entendidos en materia política, ha desarrollado una gestión fría y lejana en el gobierno y particularmente siempre a la sombra del actual jefe del Ejecutivo, Ricardo Martinelli.
A lo interno del Partido Panameñista existe mucho descontento por las ejecutorias superficiales y protocolares de Varela en lo que discurre de la administración del gobierno del cambio.
Y es que con el matraqueo político de sumar adversarios específicamente alcaldes, diputados y representantes de corregimientos y con el desarrollo de grandes obras de infraestructura Martinelli, ahoga en el mar de la impopularidad a Varela.
Cuando Martinelli llegó al solio hace 17 meses, no lo hizo con la intención de quedarse por un quinquenio. Él sabe que los proyectos se maduran por cinco años y se cosechan en una década, al menos esa fue la experiencia de su amigo colombiano, Alvaro Uribe.
Antes de pensar en una candidatura presidencial para las próximas elecciones generales, Varela tiene que resolver los problemas de fondo y forma del panameñismo, que son gigantescos rescatar el cariño de sus copartidarios que consideran que mismo no sube la loma frente a ningún presidenciable del PRD.
Mientras Varela se empeña en resolver los problemas del resto de los países del área, Martinelli enfrenta a las huestes del PRD, se da baño de pueblo y popularidad y coquetea con los líderes de los partidos de la Alianza y con muchos descontentos dentro del panameñismo.
Para algunos políticos la reelección pareciera ser una "palabra sucia", particularmente para los PRDs y panameñistas, que tienen cifradas sus esperanzas en un eventual cambio en el Palacio de las Garzas, en el 2014.
Lo cierto es que Ricardo Martinelli, con sus movidas políticas de suma y resta empieza a sentar las bases para mantenerse como el inquilino principal de la Presidencia de la República, más allá de lo prometido.
Como yo veo las cosas, Varela no perderá la oportunidad de candidatizarse para los comicios del 2014, por ser un mal candidato, sino única y exclusivamente por lento.