En medio de alabanzas a Dios, lágrimas y tristeza, familiares y amigos dieron el último adiós a Raúl Flores, el joven de 33 años que murió durante el intento de asalto contra la compañía Brinks, ocurrido el pasado martes en el Aeropuerto Alonso Valderrama de Chitré.
Visiblemente conmovidos los compañeros de Flores, custodiaron el féretro durante el culto que se celebró en la Iglesia el Santuario Misionero, donde se recordó la vida del humilde trabajador que murió en cumplimiento de su deber.
En medio del dolor, los presentes se consolaban con palabras de esperanza y los miembros de la compañía le pidieron protección a Dios en este trabajo de riesgo que ellos desempeñan y lamentaron que este año la empresa haya perdido tres de sus agentes de seguridad.
Julio Gálvez, quien estaba en el equipo de la Brinks el día del asalto, comentó que su compañero Raúl murió "luchando como un hombre", no de espalda como se ha dicho, y manifestó que ellos no sólo defendieron el dinero sino sus vidas, lo mejor que pudieron.
Relató que tuvieron que enfrentarse con lo que tenían y que sienten mucha tristeza por la muerte de su amigo.
Gálvez dijo que no podía dar mayores detalles de lo que sucedió ese día para no entorpecer la investigación, pero manifestó que en el aeropuerto no había seguridad porque ellos tuvieron que salir al frente de la situación.
En la ceremonia también estuvo presente el otro escolta de la Brinks que recibió impactos de balas durante el hecho.
Durante la ceremonia se leyó una carta escrita por él hace un tiempo atrás donde relataba lo feliz que se sentía de haber encontrado el camino del Señor.
Después de la oración y los cánticos de despedida, familiares y amigos partieron hacia el distrito de Los Pozos donde fueron enterrados los restos de Flores.