Yeltsin abandona cumbre OSCE tras defender papel en Chechenia

Agencias
Internacionales
El presidente Boris Yeltsin abandonó ayer jueves la cumbre sobre seguridad europea en Estambul, en un gesto de desafío ante la condena internacional de la ofensiva militar de Rusia en Chechenia. Su abrupta salida, unas dos horas antes de lo previsto, ocurrió tras una agria disputa sobre una vinculación de la firma de una carta clave de la cumbre de 54 naciones con el conflicto en la república separatista del Cáucaso. "Dado que no habrá ceremonia de firma hoy, hemos decidido partir un poco antes. Nos vamos directamente ahora", dijo el portavoz ruso Dmitry Yakushkin. Funcionarios dijeron que Yeltsin había pasado escasamente cinco minutos en su encuentro con el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schroeder, cuando decidió su marcha. Los dos líderes habían atacado en sus intervenciones en la cumbre de la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE) la campaña militar rusa en Chechenia, instando a Moscú encontrar una solución política a su conflicto con los rebeldes islámicos de la región. "Dijo que se iba a casa para tratar del tema de Chechenia", dijo sobre Yeltsin la portavoz presidencial francesa, Catherine Colonna. Anteriormente, Occidente había pospuesto la firma de una Carta de Seguridad Europea para el siglo XXI para pedir que se hicieran referencias a Chechenia en la declaración final de la cumbre. Un combativo Yeltsin rechazó antes de partir el chaparrón de críticas en la reunión y se mantuvo firme respecto a la ofensiva militar rusa en Chechenia. Asegurando que no habrá negociaciones con "bandidos" y "terroristas", el presidente ruso rechazó los llamamientos de su colega estadounidense, Bill Clinton, y de otros líderes para que intente un acuerdo político en ese territorio del Cáucaso. "No tienen derecho a criticar a Rusia", dijo Yeltsin. "No aceptamos el consejo de los llamados críticos objetivos de Rusia. Esta gente no comprende que simplemente debemos poner fin a la proliferación de este cáncer y prevenir su crecimiento que se extienda al mundo", agregó. Yeltsin celebró conversaciones bilaterales con Clinton tras su discurso ante la reunión cumbre de la OSCE. Clinton dijo que sus conversaciones con Yeltsin no resolvieron las diferencias sobre las siete semanas de ataques aéreos y de artillería sobre Chechenia. "Se mostró muy vigoroso y yo también", dijo Clinton a la prensa. "Existe una química personal muy buena entre nosotros, pero eso no nos impidió en discrepar claramente en esto". En su discurso ante la OSCE, Clinton atemperó su críticas a la campaña rusa con una recia expresión de comprensión por el dilema de Yeltsin al combatir lo que llama terrorismo. Otros líderes occidentales fueron más explícitos en sus críticas, tachando a la ofensiva rusa de desproporcionada, indiscriminada y desestabilizadora. Chirac dijo que las consecuencias son inaceptables. "La actual ofensiva es un trágico error para el conjunto de la región". Schroeder declaró por su parte que "la guerra es le procedimiento equivocado para combatir el terrorismo", agregando que "el uso masivo de la fuerza daña sobre todo a la población civil y por ello tiene que detenerse". La ofensiva militar en Chechenia, dirigida contra los rebeldes islámicos a los que Moscú acusa de los atentados con explosivos que conmocionaron a Rusia, ha causado la muerte de cientos de civiles y la huida de más de 200.000 refugiados.
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