Diversos cambios en el comportamiento pueden ser indicativos del mal de Alzheimer

Redacción
Crítica en Línea
La gente con demencia, particularmente los que padecen Alzheimer, suelen decir o repetir las mismas cosas una y otra vez. Algo muy típico de ellos es preguntar una misma cosa infinidad de veces en un período o espacio muy corto de tiempo. También es muy común verlos escudriñar los cajones de algún mueble de la casa, a cada momento, como si quisieran encontrar algo que han perdido. Lo mismo se puede decir cuando el enfermo trata de seguir al cuidador como si se hubieran convertido en una sombra de éste. Así los veremos perseguirnos, incluso a la puerta del baño, tocando preguntando: ¿Estás ahí? Son conductas que suceden muy frecuentemente y que irritan, obviamente, a la persona que cuida al enfermo. La pérdida de la memoria causada por la enfermedad ocasiona que la persona no pueda recordar, por lo que a cada rato o a cada momento vuelve a hacer la misma pregunta. Los cambios físicos en el cerebro ocasionados por la demencia pueden haber dañado esa parte del cerebro que permite a la persona a cambiar a una nueva actividad o rutina, por lo que parecerá como si ésta -la persona, el individuo- se hubiera quedado "pegado" a un mismo ciclo o patrón de conducta. Algunos medicamentos también pueden ocasionar efectos colaterales dando por resultado conductas repetitivas. Asimismo, ciertos tranquilizantes hacen que la persona pueda presentar movimientos involuntarios de la boca o de la lengua. El no ver de pronto a su cuidador, hará que la persona que sufre demencia pregunte a cada momento por esa persona que lo cuida. El no poder interpretar los sonidos o todo aquello que ve, pueden ocasionar también inquietud en la persona, sobre todo cuando hay sobresaturación de estímulos (mucho ruido, mucho movimiento, mucha gente). Hágale practicar un examen médico para determinar si la persona está experimentando los efectos secundarios de algún medicamento, o si bien, existe por ahí algún otro tipo de trastorno o enfermedad física, o alguna infección, fiebre o dolor. Trate de distraer a la persona mediante una breve caminata, dándole de comer algo que le guste, o bien desarrollar algún tipo de actividad que le agrade. Trate de conservar la calma y respóndale siempre de forma suave, amable y cortés, dándole una pequeña palmadita en el brazo, la espalda o el hombro. No le diga a la persona que ya ha hecho la pregunta como cincuenta mil veces; en vez de ello, trate de desviarlo hacia otra actividad. Una de las recomendaciones que se hacen es usar relojes con números claros y grandes, tableros de avisos, entre otras cosas. No intente hablarle o discutir planes en cuanto a ciertas actividades (como que van a salir a alguna parte dentro de unas dos horas, por ejemplo), ya que esto podrá causarles inquietud. Es mejor que a la misma hora le diga: "¿Sabes qué? Vamos a salir a dar la vuelta". Trate de mantener siempre una misma pauta o rutina lo más consistente posible, ya que esto lo tranquilizará. En algunas ocasiones, ciertos factores ambientales pueden inducir a preguntas repetitivas (el ver un abrigo, un sombrero o un paraguas sobre un mueble, puede hacer que la persona por alguna razón se vea tentada o invitada a salir de la casa). Los movimientos repetitivos pueden reducirse dando a la persona algo que hacer con sus manos (darle, por ejemplo, una pelota suave para que la agarre entre sus manos, romper papel que no sirva, doblar la ropa, limpiar o lustrar algún objeto). Llevar un registro de aquellas cosas que incomodan y aquellas que gustan a la persona es una buena medida para tomar o llevar a cabo. Si la persona parece haberse quedado "pegado" o "engarrotado" a algo, ayúdele a salir del paso, dándole un empujoncito. El hacer una y otra vez la misma pregunta pudiera significar una forma de expresar o llamar la atención a fin de que le hagan caso o le tomen en cuenta. Tome en cuenta el hecho que una persona con demencia puede haber perdido la capacidad para comprender o entender el concepto del tiempo. El cuidador podrá haberse ausentado solamente algunos minutos, pero para el enfermo este tiempo podrán ser horas en las cuales se siente angustiado, con miedo, temeroso y confundido. Todo cuidador debe tomar en cuenta que él también debe descansar. Tómese su tiempo, descanse un poco. Que no le dé pena pedir ayuda, en una familia todos deben cooperar. Tal vez no les sea fácil, pero tampoco será difícil una vez de haberse involucrado y comprender que todos debemos de ayudar por nuestro propio bien y por el de nuestro familiar o ser querido que sufre Alzheimer. La falta de capacidad para comprender el tiempo transcurrido puede ocasionar que la persona piense que su familiar o cuidador le dejó solo, pues, según él, pensará que hace mucho tiempo no lo ve. El no poder entender lo que sucede, hace que la persona haga constantemente la misma pregunta. La falta de capacidad para poder expresar necesidades de hambre, sed o querer ir al baño, entre otras cosas, puede originar agitación o inquietud. El repetir a cada momento lo mismo, puede ser un intento por parte de la persona demenciada a fin de recobrar un sentido de control sobre un ambiente que cada vez es más confuso para él.
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