Denuncian a las FARC por utilizar niños combatientes y "perro-bomba"

Agencias
Internacionales
El director de la Policía colombiana, general Rosso Serrano, anunció este jueves que demandará ante organismos internacionales a la guerrilla de las FARC, por haber utilizado a niños y un perro cargado con explosivos en la escalada que lanzó el miércoles en diversas localidades, que dejó entre 60 y 70 muertos. "El mundo debe saber que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) están violando por completo los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario (DIH)", dijo el jefe policial a los periodistas. Serrano afirmó que los subversivos también utilizaron el miércoles cilindros repletos de explosivos y otras armas no convencionales para atacar cuartelillos policiales, templos católicos, locales comerciales y viviendas. "Pero lo realmente doloroso es que se utilicen niños y hasta un 'perro-bomba' para estos ataques, creo que estamos ante una degradación total de la guerra por parte de la insurgencia", señaló Serrano. Según el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), unos 6.000 menores colombianos combaten con las fuerzas estatales de seguridad, la guerrilla y los grupos paramilitares de extrema derecha. Las FARC, el grupo insurgente más antiguo y numeroso del país, se halla comprometido en una negociación de paz con el Gobierno del presidente Andrés Pastrana. Las partes negocian sobre la base de una agenda común de 12 puntos, que contempla reformas económicas, políticas y sociales, los derechos humanos, la modernización del Ejército, la lucha antidrogas y las relaciones internacionales, entre otros asuntos. Según el Ejército, las FARC se entrenan militarmente y preparan los ataques contra los poblados campesinos en la zona selvática de 42.000 km2 del sur del país, donde se celebran las conversaciones de paz. Esa región se halla bajo control de las FARC desde el 7 de noviembre de 1998, cuando el presidente colombiano, Andrés Pastrana, ordenó su desmilitarización para facilitar las conversaciones. El grupo marxista, que el lunes pasado condicionó el cese temporal del fuego a que Pastrana suspenda la extradición de colombianos y resuelva varios problemas socioeconómicos, atacó el miércoles 13 localidades, entre ellas Puerto Inírida (600 km al sureste de Bogotá), la capital del selvático departamento de Guainía, fronterizo con Brasil. La ofensiva rebelde y la respuesta de la fuerza pública dejó entre 60 y 70 muertos -la mayoría en las filas de las FARC, según el Ejército-, así como 18 heridos, entre civiles, militares y policías. Tres agentes se encuentran desaparecidos, temiéndose que hayan sido secuestrados por los guerrilleros. Nutridos comandos de las FARC irrumpieron, entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, en las poblaciones campesinas de Dolores, Larada, Prado y Villarica, en el departamento de Tolima (centro), y atacaron los cuartelillos policiales con explosivos y fuego de fusilería. Las instalaciones oficiales quedaron en ruinas y varios comercios y viviendas aledañas sufrieron graves destrozos, según imágenes presentadas por la televisión colombiana. "Las FARC acabaron con 120 años de tranquilidad en nuestra población", dijo, llorando, una mujer que este jueves contemplaba las ruinas del templo católico de Prado (230 km al oeste de Bogotá), donde se registraron feroces combates y fue utilizado el "perro-bomba". En Prado, una localidad de veraneo, murieron seis policías mientras que tres fueron reportados como desaparecidos.
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En Prado, una localidad de veraneo, murieron seis policías mientras que tres fueron reportados como desaparecidos.
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