SUCESOS


Suplicio de una "rumba"

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Jorge D. Gutiérrez Sanjur
Crítica en Línea

Fue vestido de patria y regresó bañado en sangre. A su lado pasaba la gente huyendo en tropel y nadie le prestó ayuda. Ni siquiera la policía. Esta es la historia de un ciudadano que salió a festejar la fecha republicana.

Corría la víspera del 3 de noviembre. Esperaba a sus amigos a las 10:00 p.m. para ir a las "dianas" pero luego de esperar hasta aproximadamente la una de la mañana, se fue solo.

De hecho, él encontró a sus amigos. Pero esa madrugada que tenía que ser de rumba y fervor patriótico, se convirtió en una semana de dolor. Todo empezó en el centro comercial "El Faro" de la vía Tocumen, donde en medio de la celebración de los 99 años de ser una República Independiente, se coló, entre algunas otras, el arma calibre 22 que originó el suplicio de la víctima que cuenta su historia hoy.

El joven, cuyo nombre se mantiene en reserva, dijo que al llegar al lugar se encontró con sus amigos y compartieron de manera sana la fiesta, gozando las "dianas" que tocaban las bandas invitadas ese día. Dos horas después de llegar al evento, quiso ir al baño... y allí fue donde comenzó su dolor.

SORPRESA

Al salir del baño, escuchó un disparo. Su instinto de conservación lo llevó a correr para protegerse; pero el segundo disparo que oyó le dio en la parte trasera de su rodilla derecha, dejando mucho dolor.

¡AUXILIO!

Al verse sólo de nuevo, pero en esta ocasión con un balazo que le tiñó el pantalón de sangre, buscó ayuda. Trastabillando se agarró de una tarima y le pidió ayuda a la gente, pero ellos sólo veían por su vida. Logró ver un policía y le suplicó ayuda, pero él sólo le dijo: "mala suerte,'friend', mala suerte". Le dio una palmada en el hombro y se fue.

El joven pensó lo peor. Por la cantidad de sangre que manaba de su pierna, creyó que la perdería, pero nunca perdió la esperanza de encontrar ayuda. Salió de los alrededores del evento y buscó un taxi. El taxista que se detuvo lo iba a llevar, pero al ver el pantalón lleno de sangre, aceleró y se fue. Caminó desde ese centro comercial hasta Juan Díaz. Trayecto bastante largo y peligroso. Logró llegar a su casa y recibir ayuda de sus padres.

DESPUÉS DEL SUSTO

Pasó una semana en el hospital curando su herida y aguantando dolores fuertes. En el hospital le dieron de alta el viernes pasado. "No pude desfilar en la mañana", dijo con un tono de rabia y tristeza. La madre del joven asegura que no hay buena seguridad en esas actividades y que muchas veces hay bandas rivales que se encuentran y sacan a relucir las armas.

Según la señora, el que disparó e hirió a 3 personas, incluyendo al que contó la historia, fue un menor de edad. "Pienso que debe haber organización en este tipo de eventos (...), no habían suficientes policías. Sólo había 3 policías por cada 20 personas", contó el testigo.

 

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