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Una folofa en el suelo del Bosque Tropical del Monumento Natural de Barro Colorado.  |
En los bosques tropicales de la República de Panamá, así como en el Monumento Natural de Barro Colorado, lugar donde el Instituto de Investigaciones Tropicales Smithsonian en conjunto con muchas universidades alrededor del mundo tratan de responder las interrogantes que nos presenta la Madre Naturaleza, vive una de las hormigas más grandes del mundo, la hormiga bala o folofa (Paraponera clavata).
TAMAÑO IMPRESIONANTE
Pertenecientes a uno de los grupos más primitivos de hormigas, las folofas poseen características excepcionales como lo son su gran tamaño, su poderoso aguijón, y además brindan beneficios a la ecología y la salud humana, por eso, son un grupo digno de admirar.
Las folofas, conocidas en el mundo científico como “bullet ants” (por su traducción al inglés), poseen un cuerpo de aproximadamente una pulgada de largo, aunque algunos individuos alcanzan casi dos pulgadas. Su enorme cuerpo les provee de una gran fuerza para resolver muchos problemas. Así cada hormiga con sus mandíbulas, puede levantar objetos mayores que su propio peso y en las luchas por el territorio o en la defensa de la colonia es una ventaja enorme poder tener un poderoso cuerpo armado con un gran aguijón.
¡SU VENENO!
Las folofas, así como la gran mayoría de las hormigas, muerden o sujetan a las presas y enemigos con las mandíbulas, y pican con su poderoso aguijón que se localiza al final del abdomen. Después de haber mordido y sujetado la presa, flexionan el abdomen para que la punta del aguijón alcance el cuerpo del adversario y así poder inyectar una dosis de veneno, que en las folofas es uno de los más potentes tóxicos conocido hasta el momento entre los insectos. El veneno es una neurotoxina que afecta el sistema nervioso central que es el responsable de activar, coordinar y controlar los movimientos y funciones de los organismos. Al ser picado un enemigo natural, como lo son muchos insectos que viven en la copa de los árboles, éste pierde el control de sí mismo, siendo incapaz de defenderse y quedando presa de las folofas.
INTERESANTE EXPERIENCIA
Una experiencia personal que tuve mientras estudiaba estas hormigas, en el Monumento Natural de Barro Colorado, fue cuando presencié la lucha de una folofa con una mantis religiosa o pomesa.
La mantis era unas diez veces más grande, que la hormiga y aún así, la folofa la sujetó por el abdomen con sus mandíbulas, e inmediatamente dobló su abdomen introduciendo el aguijón en el cuerpo del enemigo. El veneno producido por las folofas es perjudicial para el ser humano si éste invade su territorio y es atacado por las hormigas. Los efectos serán similares a los de la mantis, pero a menor escala, especialmente en las personas alérgicas a las picadas de insectos.
Las flores son parte de la herencia de las plantas y el polen que estas contienen, les sirve para dejar descendencia a las siguientes generaciones. El polen necesita viajar de la flor que lo produce hasta otra del mismo grupo, y es donde estas hormigas juegan un papel muy importante, porque ellas se alimentan del néctar que producen las flores y en ese momento, el polen puede ser alcanzado por el cuerpo de la hormiga.
Los insectos que se alimentan de néctar se caracterizan por tener este importante papel en los ecosistemas terrestres, ya que poseen adaptaciones en sus cuerpos para acarrear el polen. |