FAMILIA
Ladrillos, piedrones, traseros y tableros: esbozos de la búsqueda
del crack
James A. Inciardi
El consumo de crack se registró
en Canadá, la mayoría de los países europeos, Hong
Kong, Sudáfrica, Egipto, India, México, Belice, Bermuda, Barbados,
Colombia, Brasil y las Filipinas.
Si bien el consumo de cocaína-crack se volvió evidente
en la mayoría de las grandes ciudades de Estados Unidos durante la
segunda mitad de los años ochenta, la cocaína y el crack tienden
a estar asociados más a menudo con Miami que con otras zonas urbanas.
En parte, esto obedece a la asociación de Miami con las guerras contra
la cocaína de fines de los años setenta y principios de los
ochenta y con la reputación del sur de Florida de importar y distribuir
cocaína. Sin duda, la imagen de la ciudad como la Casablanca del
Caribe presentada en la serie televisiva "División Miami"
también contribuyó. Pero sean cuales fueran las razones, el
crack por cierto es una faceta significativa de la vida callejera de Miami,
y la experiencia de Miami se toma aquí para ilustrar a los actores,
las situaciones, las aventuras, la degradación y las tragedias asociadas
con el consumo de crack.
Ya en 1983 el crack era parte de la escena callejera de Miami, y según
varios informantes la droga podía comprarse en varios lugares de
los bajos fondos (galerías donde inyectarse) en fecha tan temprana
como mediados de 1981. Un consumidor de heroína de largos años
y residente en la comunidad Overtown de Miami recordaba en 1989:
Lo recuerdo con tanta claridad como si fuera ayer, porque recuerdo que
mi hermano Freddie y yo habíamos salido a celebrar. Acababa de pasar
18 meses en la cárcel por entrar a robar y era la primera vez que
lo veía desde su salida. Esa fue la última vez en que la pasó
mal y salió en mayo del 81.
De todos modos, estaba este lugar de la calle 17, cerca de un parquecito.
Era una casa donde darse, una galería de inyectarse. Freddie quería
un poco de chico blanco (heroína), de manera que como acababa de
salir y todo eso le dije que yo me encargaba. Entonces vamos a este lugar
de la 17. Después de que pasaron unos minutos de que estábamos
allí, el hombre de la casa (el dueño de la galería
de inyectarse) me muestra estas pequeñas rocas de cocaína.
Me olvidé de la forma en que las llamó exactamente, pero más
adelante las conocimos como crack. Dijo que entraban todos los días
de Little Haiti y que las había estado pasando desde su casa durante
tres meses para los cocainómanos. Recuerdo que Freddie se rió
del asunto, de que cómo había coca ahí y de que, por
el tipo de gente que el lugar atraía, ya no sería respetable
durante mucho tiempo.
El consumo de crack y la existencia de fumaderos de crack proliferaron
en Miami y en todas partes a lo largo de los años ochenta. A continuación
del sensacionalismo inicial de los medios, la cobertura de prensa se centró
en el compromiso de los jóvenes en la distribución de crack,
la violencia asociada con las luchas para controlar el mercado de crack
en los barrios bajos y el abuso, descuido y abandono de niños por
parte de las madres adictas al crack. En Miami, si bien la violencia asociada
con la distribución de crack nunca alcanzó las proporciones
evidentes en otros centros urbanos, el consumo de crack, sin embargo, era
un importante problema de drogas.


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