PARA POSIBLES GUERRAS FUTURAS
Arsenal de EE.UU se mantiene intacto

El lazo entre la supercomputación
y las armas nucleares es uno que viene de hace mucho.

Byron Spice
Pittsburgh Post
Desde el desmembramiento
de la Unión Soviética, los miedos de una confrontación
nuclear entre las superpotencias han disminuido.
Pero la Guerra Fría no se ha terminado para Vic Reis. Como el
subsecretario de Programas de Defensa del Departamento de Energía
(DOE, en inglés), él tiene la tarea de asegurarse de que las
ovijas nucleares estadounidense funcionen y continúen funcionando
bien hasta bien entrado el siglo XXI.
Así que cuando Reis vino a Oakland recientemente para marcar el
comienzo de una nueva sociedad entre el DOE y el centro de Supercomputación
de Pittsburgh, él habló de la Guerra Fría en tiempo
presente y se refirió al Tratado Global de Prohibición de
Pruebas como un paso hacia su fin.
Mantener el arsenal nuclear armado y peligroso sin la capacidad de realizar
pruebas subterráneas estirará al máximo las capacidades
científicas y tecnológicas del DOE, dijo él.
Es por eso que hace dos años el DOE hace dos años lanzó
un programa de 10 a años y 250 millones de dólares para mejorar
su capacidad de utilizar computadoras para simular explosiones nucleares.
Algunos científicos tienen duda de que la meta de usar simulaciones
por computadoras para supervisar el arsenal nuclear es lograble, aún
con una nueva generación de supercomputadoras siendo ensambladas
en los laboratorios de armas nucleares de EEUU.
Una computadora en los Laboratorios Nacionales Sandia en Alburquerque,
estado de Nuevo México, es ahora la más rápida del
mundo, capaz de realizar hasta 1 millón y medio de operaciones por
segundo utilizando pastillas de computadoras Pro Pentium que no se venden
al público.
La meta del DOE es la de construir una máquina capaz de realizar
100 billones de operaciones por segundo para el 2,004.
El centro de Pittsburgh no realizará simulaciones nucleares, o
ninguna clase de investigación clasificada. Pero es parte de los
esfuerzos del DOE acrecentar la investigación académica en
el campo de la tecnología de simulación.
Para el DOE, el programa mejorará su confianza de que, si el presidente
alguna vez necesita apretar el botón nuclear, algo va a pasar.
Para la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de Pittsburgh, las
cuales operan conjuntamente el centro de computación con la Westinghouse
Electric Co., el programa aumenta su confianza de que el centro sobrevivirá.
La pasada primavera, La Fundación Nacional de Ciencias, la cual
abrió cinco centros de computación en 1986, parar de financiar
sus centros en Pittsburgh e Ithaca , estado de Nueva York. Desde ese entonces,
los funcionarios de Pittsburgh se han apurado para reemplazar los 15 millones
que había estado recibiendo anualmente de la Fundación Nacional
de Ciencias.
El contrato de un año y 4,5 millones de dólares del DOE
con el centro es un paso hacia la consolidación de un financiamiento
a largo plazo, dijo Jared Cohon, el presidente de Carnegie Mellon.
Acuerdos adicionales con el DOE, el Instituto Nacional de la Salud y
el Departamento de Comercio están siendo negociados.
A pesar de que el centro de Pittsburgh está solamente familiarizándose
con los programas de defensa del DOE, el lazo entre la computación
y las armas nucleares es uno que viene desde hace mucho.
El Presidente Clinton firmó el tratado de prohibición de
pruebas en 1996, pero el Senado todavía tiene que ratificarlo.
No se están diseñando nuevas armas nucleares, observó
Gil Weigand, el subsecretario segundo de computación estratégica,
y las armas existentes están volviéndose anticuadas.
Más que simples pedazos de materiales radioactivos, las ojivas
son artefactos complejos que incluyen sistemas eléctricos, mecánicos
y químicos. Las partes necesitan ser reemplazadas o rediseñadas
periódicamente.
Al ser mantenidas estas armas allá de su vida proyectada, serán
necesarias simulaciones por computadora para asegurarse de que permanezcan
operables, dijo Weigand.
El DOE espera que la computación ayude a computar el conocimiento
de la generación actual de diseñadores de armas.
Esas personas siguen estando en sus lugares ahora, pero para el 2,010
se habrán jubilado o pasado a otras cosas. Meter a estas personas
ahora en las simulaciones por computadora mejoradas es una manera de preservar
ese conocimiento y de crear una nueva ciencia de la simulación que
atraerá a nuevos científicos, dijo Weigand.
Pero Naomi Oreskes, una historiadora de ciencias de la Universidad de
Nueva York, que se especializa en la confiabilidad del conocimiento científico,
advierte que existen límites a los que una computadora puede hacer.
Sin la capacidad de realizar pruebas, los investigadores no pueden saber
con seguridad si las simulaciones reflejan al mundo real o son simplemente,
malas suposiciones hechas por los creadores de modelos.


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