El parque Miguel de Cervantes Saavedra, en la ciudad de David, desde su creación ha sido el lugar preferido para muchos; en especial los que desean pasar un momento agradable bajo el umbral de los frondosos árboles, leyendo un buen diario.
Pero irónicamente y contrario a ello también ha sido el lugar de trabajo para otros tantos que han hecho de este sitio su vida y su sustento diario, como es el caso del señor Melvin Sánchez, vendedor de agua de pipa e Inocencio Ávila Sánchez, lustrador de zapatos.
Corría el año de 1979 cuando el señor Melvin llegó al parque en ese momento con una mesa llena de sandías; con el correr del tiempo fue cambiando su mercancía ofreciendo guineos, jugo de caña y así sucesivamente, de acuerdo con las exigencias del comprador.
Hoy, con un remolque se aposta desde las 7: 30 de la mañana en uno de los extremos del parque de Cervantes, ofreciendo su muy gustada agua de pipa, la que le permite obtener ingresos hasta por más de B
40.00 balboas diarios, cuando el día es bueno.
Expresó que la actividad de las ventas que ha desarrollado por 26 años, se ha convertido en el nervio motor de subsistencia de su familia la que ha logrado levantar con la ayuda por supuesto, también de su esposa.
Oriundo de Alanje, un buen día llegó a la ciudad con el propósito de hacer algún de tipo de actividad que le fuera de beneficio económico y encontró en las ventas, la oportunidad de subsistencia digna y directa.
Con mucho orgullo nos dijo que hoy su hija es profesional con una carrera universitaria y sus otros dos hijos también lograron educarse hasta el nivel secundario, todo gracias a las ventas de frutas y jugos que realizó.
Esto me da para comer y ahorrar algo; nos dijo a la vez que siempre trata de mantener las mejores condiciones sanitarias, por el bienestar de sus clientes y de su negocio.
Señaló que las pipas que vende en 0.25 centavos las compra a diferentes personas provenientes de sectores como Alanje, Boquerón, Bugaba y así, otros lugares en donde el producto es vasto.
Manifestó que el agua de pipa es muy solicitada por extranjeros y personas residentes en la capital, sin embargo el mismo chiricano ya ha hecho una costumbre visitar el parque, más cuando en incandescente sol aflora a tomarse un refrescante vaso de este líquido.
El negocio es rentable; nos dijo Sánchez, quién aclaró que por eso se ha tratado de mantener en esta línea, porque es algo que le permite tener dinero de manera digna y honrada.
Pero como en cualquier otro negocio, no todo es bueno; nos comentó Avilio Cisneros, quién tiene diez años de vender también agua de pipa y jugo de caña, pues han tenido que adaptarse a los sube y baja de los costos del combustible sobre todo, ya que para transportar ya sea la caña o la pipa, requieren un vehículo de vagón.
Pero a pesar de los vaivenes en que incurre el negocio, se mantienen por la gran demanda del producto que es solicitado con mayor prontitud por los turistas que llegan al parque, por el ser el centro de la ciudad y se encuentran con ellos.
Por eso, mal se les puede ubicar en otro lugar, pues el parque es estratégicamente el mejor sitio, indicó Cisneros quién todos los días viaja desde el distrito de Bugaba a su lugar de trabajo.
Bajo el mismo escenario la historia del señor Inocencio es un tanto diferente, pues la necesidad cuando niño lo llevó a las calles a los 9 años de edad y encontró en el parque, su lugar de trabajo.
Pues desde entonces ha lustrado zapatos, aunque también nos dijo que ha combinado su trabajo con otras actividades, pero su fuerte ha sido la limpieza de zapatos.
Por allá por los años 60 recibía dos y medio centavos por el pago de la limpieza y así sucesivamente fue subiendo a un real, diez centavos, veinticinco centavos hasta el precio que tienen hoy de 0.50 centavos la limpieza natural y un B/1.00 el brillo con agua.
Nos dijo que este ha sido el sustento personal que lo ha llevado hoy a tener un lugar digno para vivir y cubrirse del agua durante el invierno y del sol durante el verano.
Señaló que mientras vivió con su familia este fue su fuente de ingreso, lo cual apuntó, lo ha realizado con mucho honor.
Cuestionó el hecho que se da en la actualidad en donde se señala que los niños no pueden trabajar porque se menoscaban sus derechos, sin embargo apuntó que él es un ejemplo claro de esfuerzo y desarrollo.
Manifestó que los tiempos han cambiado pues antes se veían niños que combinan el trabajo con la educación, lo que era una virtud pues se les enseñaba desde pequeños a adquirir sus propios recursos.
Por eso dijo que las autoridades deben meditar mucho más esta situación, porque el trabajo dignifica al hombre y los hace más responsables frente a las circunstancias de la vida.
Dijo que han sido más de 50 años en esta actividad, que desarrolla desde tempranas horas de la mañana y le ha servido para hacer muchas amistades y valorar la vida de una manera diferente. Señaló que el parque de Cervantes desde los 60 se ha mantenido igual, casi en las mismas condiciones, por eso al hablar de reestructuración es una buena iniciativa, porque allí hay mucha historia, por lo tanto se tiene que preservar.
Quienes por años han permanecido en el parque, la iniciativa municipal de reestructurarlo para convertirlo en una plaza, causa un tanto de temor, pues no conocen con exactitud cual será su futuro, cómo quedarían estas personas que han hecho su vida en estas instalaciones.
En una ocasión se les habló de tener la obligación de reestructurar sus instalaciones y sus equipos, lo cual dijeron están de acuerdo, pues señalaron que saben que con el correr de los tiempos las cosas deben irse mejorando para mejor.
Pero hasta cuando no les expliquen no quedarán tranquilos, pues hay que tener muy en cuenta que se está hablando de su principal fuente de ingresos económicos.
En el parque se ubican unas cuatro personas que con carretas apostadas a un costado se dedican a la venta de agua de pipa y jugo de caña, mientras que hay unas 10 personas más que desarrollan la actividad de lustrar zapatos, que son de acuerdo a quienes han permanecido allí por más de 20 años las únicas actividades comerciales que se han mantenido allí dentro.
Esporádicamente se celebran ferias libres y alguno que otro extranjero se ha ubicado para promocionar productos como artesanías.
Esto es parte de nuestra cultura, por lo tanto se tiene que preservar; señalaron estos señores, quienes por años se han mantenido en este sitio; por lo tanto se han convertido en un elemento más de nuestra identidad.
