En la mujeres puede encenderse un fuego incandescente por las ansias de una relación sexual placentera y que las satisfaga hasta la última fibra de su cuerpo.
Se cree que no existe, un mito, pero parece que el fuego o furor uterino es más real de lo que se piensa y en definitiva las mujeres si llegan a sentirlo. Además, los hombres también lo padecen, pero por supuesto que no con ese nombre.
El fuego uterino es un deseo intenso de la mujer por tener actividad sexual y que se debe a diversos factores como el emocional, las hormonas y la necesidad de estar con alguien, explica el sexólogo Carlos Rolla.
Cabe destacar que esto no es una enfermedad, sino una condición que hasta puede ser pasajera.
HORMONAS Y OTRAS NECESIDADES
Hay momentos en que las hormonas se descontrolan y predisponen para que la persona esté más receptiva.
La mujer es la conservadora de la especie, afirma Rolla, por lo que existe una necesidad fisiológica de reproducirse y si esto está desbordado y se suma al bombardeo emocional del medio exterior, nace entonces el ardor sexual.
Si la actividad sexual es agradable y la fémina calma su necesidad, lógicamente le va a gustar y querrá repetir, incrementando su fuego.
BLOQUEADORES
Hay factores que pueden bloquear la sensación del deseo sexual exagerado y simplemente desvían la mente de la persona hacia otras situaciones, pues el principal órgano del ser humano es el cerebro, agrega Rolla.
Si está deprimida, enferma o está pasando por algún problema o situación difícil su cerebro estará bloqueando los estímulos externos a los que se exponga.
UNA TRISTE ENFERMEDAD
La ninfomanía es una enfermedad que ha llegado a confundirse con el fuego uterino y que difieren entre sí, ya que la primera es terrible para la mujer que la padece.
La nifomana es una mujer que busca orgasmos, tener una relación sexual con alguien porque necesita satisfacerse, pero nunca lo logra. En su afán de conseguir un orgasmo se acuesta con el primero que se le ponga enfrente.
El problema es que por más excitada que se encuentre, no logra el orgasmo, ya que ésta es una patología siquiátrica y ella no percibe el orgasmo, pues lo bloquea.
Entonces la diferencia entre el fuego uterino y la ninfomanía, es que en el primero se logra llegar al clímax de la relación, mientras que en la segunda esto nunca llega volviéndose en una necesidad imposible de satisfacer.