Vivir a expensas de un monstruo que se levanta, asusta y ataca, es la realidad que muchos niños y niñas experimentan a diario y en sus propios hogares.
Muchas veces temen a hablar por temor a que sus padres no les crean o simplemente las o (los) tienen bien amenazados.
Lo peor es que pasan muchos años y los afectados jamás dijeron una palabra ni tampoco buscaron ayuda sicológica. Son estos adultos los que viven con el temor de que a sus hijos les pase lo mismo.
Hace un par de días una amiga se decidió a contarnos su historia, pero esto, por que varias alumnas le confesaron lo que una de sus compañeritas estaba viviendo.
"La pequeña ultrajada no quiere hablar de su experiencia y la comprendo" manifestó Karla, como decidimos llamarla.
Asegura que la niña prefiere fijar su mirada en el vacío y que sus compañeritas del salón hablen por ella. A lo mejor ni siquiera entienda lo que le pasó, pero a su corta edad, ha dejado de creer en esa figura que ayudó a educarla y ha aprendido a esconder su deshonra.
Para Karla, la experiencia de su alumna le removió el polvo del recuerdo; ya que asegura que aunque su familiar le habla de lo más normal, ella nunca pudo olvidar lo sucedido y tampoco se lo contó a sus padres.
La maestra nos contó que casi siempre se enteran de esos casos por terceras personas y porque las víctimas manifiestan un cambio de conducta e inconstancia en los estudios. La pobreza, la desintegración familiar y el bajo nivel académico de los padres son factores determinantes, pero mientras eso no se resuelve, los niños siguen pagando el peor precio.
UNA VIDA DE TEMORES
"Todavía recuerdo. Fue hace como 24 años, para ese entonces tenía como unos doce años. Mi padre tenía un primo que vivía en el interior y éste se quedaba en la casa cuando llegaba de paseo.
Yo estaba por desarrollarme; soy gorda, así que te imaginarás que tenía senos y un poco de trasero.
Mis hermanos lo adoraban, siempre echaba cuentos y esas cosas. Mientras que a mí me besaba de una forma maliciosa, pero yo no lo podía entender.
Una vez hubo la fiesta de graduación de uno de mis hermanos y mi padre se emborrachó.. todos estaban felices.
Yo dormía sola en mi cuarto cuando él entró y me sobaba mis partes; me decía que no gritara, que sólo íbamos a jugar a las telenovelas.
Bueno, esa noche poco a poco me violó, o por lo menos trató de introducirme su pene. Yo sólo recuerdo que lloraba y le decía que por favor no lo hiciera, pero parecía que no me entendía.
Me hizo prometerle que no diría nada a mis padres, por que después lo haría de nuevo y mis padres jamás me iban a creer.. por ello nunca hable.
Y total, al día siguiente mis padres siguieron tomando con él, pero él más nunca me tocó.
No lo volví a ver por un par de años, luego él se casó; también yo me casé y traté de olvidarlo.
Hoy tengo dos hijas, pero no las dejo que vayan a ninguna casa ajena, mucho menos dejo a mis hermanos o sobrinos dormir en mi hogar.
Hasta hace poco les conté lo que había sucedido y gracias a Dios lo entendieron. Bueno, ahora estoy divorciada".
DATO
Qué debo hacer si he sido violada?
Según la afectada, si usted ha sido violada lo primero que debe hacer es llegar a un lugar seguro lejos de quien la atacó. Luego usted debe ir a la sala de emergencia de un hospital para que la evalúen. Usted puede llamar a la Policía desde el hospital. No se bañe ni cambie de ropa antes de ir al hospital. Simplemente llegue allá lo más pronto posible.
Cabe recalcar que la maestra violada y su familia, reciben ayuda psicológica para olvidar los traumas y las malas experiencias del pasado.