Para Jennifer Espinosa ser jineta, es una carrera difícil y poco común en una mujer, sin embargo, esa adrenalina que siente cuando corre un caballo es una experiencia fuera de serie.
Dos mesas de billar en donde algunos jinetes se distraen mientras llega la hora de correr, un juez de padoc que tan solo con escuchar su fuerte tono de voz impone respeto y hombres que entran y salen, algunos hasta en paños menores, forman parte del cuarto de jinetes, lugar en donde Jennifer, también espera su turno para iniciar su faena.
Esta chica de 22 años recuerda que ingresó a este mundo de la hípica, gracias a una amiga.
"Siempre que iba a casa de mi amiga su padre estaba escuchando el programa Carrusel hípico con Rafael Fernández en RPC radio y de allí, nació mi curiosidad por esta profesión" comenta la jineta chiricana.
LA PREPARACION
Fueron dos años de preparación en la Escuela de Formación de Jinetes Laffit Pincay Jr.
Allí le enseñaron cuatro materias de conocimientos generales como geografía, español, la anatomía del caballo y ciencias sociales. Además de las diversas técnicas para montar y cómo manejarse en la pista.
Jennifer, quien pesa 96 libras, nos cuenta que ser disciplinada y responsables son algunas de las tantas reglas que ha tenido que cumplir para formar parte de la escuela de jinetes.