La parrillada conocida como Bramadera se ha convertido en un calvario para los residentes de la comunidad rural La Esperanza, localizada a unos 500 metros de Loma Cová, en las áreas revertidas de Arraiján.
Los quejosos manifiestan que el negocio de expendio de licor en horas nocturnas, hay el escandaloso equipo de sonido que les perturba la tranquilidad y se les imposibilita conciliar el sueño, aunado a los frecuentes actos inmorales.
Al lado de la parrillada habita una niña discapacitada, lo que es una irresponsabilidad de los socios del negocio, que inconscientemente les preocupa en lo mínimo las condiciones precarias del hogar de la pequeña enferma. No solo eso, tanto niños, niñas y personas mayores tienen que soportar los espectáculos de los consumidores de licor de la parrillada, quienes orinan en el patio.