Para no enredarles, explicaremos primero de qué se trata el asunto. La palabra “kashaph” fue usada para referirse a los brujos. Esto, según consta en el Antiguo Testamento de nuestra Biblia. La palabra aparece en varias formas y se traduce como hechicero o encantador. Se refiere a personas que emplean fórmulas mágicas o encantamientos para obtener poder del mundo invisible.
Hay ciudadanos que actualmente son eso y diría que más porque están jugando con candela y de la mala, pues la palabra de Dios condena la práctica de la brujería y el uso de ésta porque es contrario a la voluntad de Dios, lo mismo recurrir a ella para usar los servicios de un brujo.
Este poder sobrenatural maligno puede ser usado para lo que el brujo o hechicero quiera. En este país muchos estarán de acuerdo en decir que la brujería es mala, pero un nutrido grupo piensa que no está mal ocupar los servicios de un brujo. Tanto el brujo como el que contrata sus servicios están haciendo algo totalmente prohibido por la palabra de Dios.
Observe lo que dice Deuteronomio 18: 10-12: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.”
Panameño (a) deje de andar por los caminos donde no hay luz. Deje de estar practicando hechizos en contra de su esposa, suegra (o), compañero de trabajo y o jefe. Entréguele eso a Dios y Él le guiará.
No se apoye de lo oculto porque se está condenando usted mismo.
La Biblia es clara en señalar en Apocalipsis 21: 8 lo siguiente: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”